“Más libros, más libres”, Enrique Tierno Galván.
Por Jairo Máximo
Madrid, España ― (Blog do Pícaro) ― Enrique Tierno Galván, abogado, catedrático y político, apodado como el “Viejo Profesor”, está considerado como el más osado, competente y querido alcalde que la capital española ha tenido hasta la fecha. Popularmente también se le conoce como el alcalde de la Movida madrileña. Este año se celebra el centenario de su nacimiento con diversas actividades, además de la reedición de sus famosos Bandos Municipales.
“Me gusta vivir intensamente”, decía él.
Enrique Tierno Galván nació el 8 de febrero de 1918, en el madrileño barrio de Chamberí, y murió el 19 de enero de 1986.
En 1936, tras estallar la Guerra Civil, fue movilizado como soldado y se integró en la Oficina de Reclutamiento e Instrucción Militar. En 1965, cuando era Catedrático de Derecho Político en la Universidad de Salamanca, fue expulsado por apoyar las protestas estudiantiles contra el régimen. Entre 1979 y 1986 ocupó la alcaldía de Madrid. Fue el primer alcalde de la democracia.
Su gestión al frente del consistorio es recordada por amigos y enemigos con pleitesía. Era un hombre culto, cercano y muy popular. Las imágenes de su féretro por las calles de la castiza Madrid son históricas. Lo nunca antes visto hasta la actualidad. Fue republicano y antifranquista durante toda su vida.
Autor de diversos ensayos sociológicos y literarios, también fue traductor del austríaco Ludwig Wittgenstein (1889-1951), filósofo, matemático, lingüista y lógico, considerado en la actualidad como uno de los filósofos más originales e influyentes del siglo XX.
Entre sus frases lapidarias encontramos: “Los bolsillos de los gobernantes deben ser de cristal”; “Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad” o “El orgullo y la soberbia me parecen destructores, así que procuro ser humilde y dialogante”.
Bandos literalizados
Como hombre de pluma fácil, inolvidables son los educativos, respetuosos e irónicos Bandos Municipales que él mismo redactaba y que no pierden actualidad.
“Es que yo creo que la mejor forma de transmitir una idea es por medio de la ironía”, explicaba.
Tenía claro la idea de lo público. Pedía con sutileza a sus conciudadanos el respeto total a sus vecinos, a la ciudad, a la convivencia armoniosa, etcétera. Educación, cultura y ética eran sus armas de persuasión para educar a la ciudadanía. Estimulaba a todos a cumplir las buenas maneras ciudadanas.
Sus magníficos Bandos deberían formar parte actualmente de la Educación ciudadana. Son proféticos y actualísimos. Basta caminar por las calles de Madrid para constatar la evidente carencia de civismo que él siempre intentó subsanar. Ofreciendo collares de mujer populares como colgantes, gargantillas y. Compre joyas en una variedad de metales y piedras preciosas para adaptarse a cualquier ocasión.
En el prólogo del libro Bandos del Alcalde, editado en 1986, el académico y director de la Real Academia Española, Fernando Lázaro Carreter (1923-2004) explicaba el porqué de la popularidad de tales escritos.
“¿Por qué el éxito? Hay un motivo básico: estos textos, además de cumplir con su objetivo fundamental de comunicar al Alcalde con la Villa, constituyen una invención nada fácil, que ha sorprendido a los muchos aún capaces de admirar las gentiles invenciones. Enrique Tierno ha creado un minúsculo pero grato género de discurso: el del bando didáctico-lúdico. (…) La personalidad del autor ―ironía, gracia, sutileza, bondad, agudeza, fe en la razón, afán de convivencia, escepticismo, llaneza― empapa los textos, y apenas deja espacio a la frialdad del discurso municipal”.
He aquí fragmentos de algunos de los Bandos Municipales firmados por Don Enrique Tierno Galván.
“Madrileños: La falta de respeto mutuo, en algún sector del pueblo madrileño, está dejando la ciudad fea, triste y sucia. Aumentar la limpieza de Madrid es un quehacer de todos, y también lo es que cada uno de nosotros se convierta en censor de los demás, advirtiéndoles que no ensucien o dañen. Nada conseguirá la Alcaldía en este aspecto si no cuenta con sus convecinos. (Madrid, 10 de octubre de 1979)”.
“Madrileños: Continuando la nobilísima tradición de los Alcaldes de esta Villa, que en tiempos recios y una vez pasadas las amenazas y desventuras han contribuido a que los vecinos de Madrid testimonien ordenadamente el amor a la Patria y la cariñosa fidelidad a la Justicia, a la Ley y a la Libertad, esta Alcaldía Presidencia hace saber: Primero: Que convocada por los partidos políticos y organizaciones sindicales una manifestación pública, para mañana día 27, a las siete de la tarde…. (…) Esta Alcaldía Presidencia espera de los vecinos de esta Villa y Corte: Que su altísimo ejemplo cívico no se empañe ni un momento por testimonios de rencor, vituperio o recordación importuna de remotos males y querellas, ya que lo que importa es la común y recíproca confianza del vecindario entre sí, y la de todos en las instituciones políticas y sociales de la democracia instituida por nuestra Constitución. Espera, asimismo, esta Alcaldía Presidencia un comportamiento impecable, por parte de los manifestantes, guiados por el respeto a la ciudad y a cuantos bienes públicos en ella existen, con la seguridad de que la mencionada manifestación transcurrirá en paz y en los términos que la educación urbana, el mutuo respeto y el orden público exigen. Confiando que así ocurra, madrileños, ¡Viva la Libertad! (Madrid, 26 de febrero de 1981)”.
“Madrileños: Mucho cuenta, tras de considerar la experiencia de los Bandos o pregones que a éste precedieron, que al inicio pongamos cuál sea la principal regla de ciudadanía para que con gran cuidado se cumpla, de tal manera que con el uso se sustente y no se olvide o descaezca como con tanta frecuencia ocurre. Dice la aludida regla que nadie hinche o incremente tanto su libertad que dañe o merme la del otro. Principio que debiéramos todos guardar con sumo celo, pues de la libertad hemos de gozar proporcionalmente para que sea bien común y no de algunos que buscan hacer particular provecho de lo que por natural razón a todos pertenece. (…) Asimismo, ruega el Alcalde regidor a los moradores de esta Villa, con mucho encarecimiento y amor, que no dejen que decline y se pierda el buen propósito de hacer de nuestra ciudad modelo de limpieza, orden y apacible convivir, como el recto juicio, avisada condición, buena crianza y cultivada inteligencia de sus vecinos de consuno piden. (Madrid, 16 de noviembre de 1982)”.
“Madrileños: Los europeos, de suyo avispados y acuciosos, han visto siempre con recelo la antigua fábula del rapto de Europa, pues no quieren verse raptados y prefieren vivir y trabajar en su común hogar. (…) Europa, foco común del saber del mundo, merece que en este día señaladísimo, en el que todos somos más Europa que nunca lo hemos sido, los vecinos de esta ciudad muestren su honda condición de europeos con gozo, contento, jovilidad y entusiasmo, a la vez que reciben con cordialidad sincera, administración y ánimo de permanente hermandad a quienes de Europa, con particularísimo afecto y simpatía, nos visitan. Madrileños, vuestro alcalde os invita, convoca y pide que deis testimonio de cuánta es nuestra alegría al comprobar que somos unos más de la Europa que se encuentra a sí misma y sigue su destino de ser compañía en la que se juntan tantos y tan nobles pueblos, (Madrid, 8 de junio de 1985)”. •