MI AMIGO PEDRO MARTINEZ SEIQUER Y EL COMIENZO DE SUS 99 AÑOS DE AUTOBIOGRAFIA

Por Armando Rubén Puente

Nos conocimos  en 1978, cuando fue nombrado representante de Le Monde Diplomatique  en su edición en español y entró en el Club Internacional de Prensa.  El hecho de que viviera en su juventud  nueve años en Argentina, su conocimiento del mundo  árabe , su interés por Francia, su cultura y economía, a la que estaba muy unido, sentó las bases de nuestra amistad. Luego en 1995, cuando  creó la revista  trimestral bilingüe español-francés, Diálogo Mediterraneo, y yo estaba terminando una etapa de mi vida e iniciaba otra, nuestros encuentros  y largas charlas se multiplicaron.

A los dos nos había atraído el periodismo desde nuestra juventud. Mi primer periódico, a los 13 años, era un semanario de  dos páginas escritas a mano, con ilustraciones de mi amigo Pedro Herrero. Tuvo una periodicidad semanal durante un curso. Lo colgábamos en la puerta de la escuela. Pedro terminó el bachillerato en junio de 1936 siendo delegado de prensa de su curso y  gran parte de su vida la ha hecho creando, colaborando o representando diarios económicos: como , N.Y. Herald Tribune, Financial Times, revista del Marche Comun, boletines  de información para hombres de negocios y finalmente Diálogo Mediterráneo. Pedro en el mundo de los negocios se movía como pez en el agua.

Quiero transcribir aquí  las ocho primeras páginas de su autobiografía. Ahora que se habla tanto de la memoria histórica vale la pena escuchar lo que nos cuenta Pedro “el memorioso”, como hubiera podido decir Borges. Las palabras o frases en cursivas de estas ocho páginas son mías, no de él, porque me ha parecido necesario precisar detalles de algo que es innecesario para su familia, a la que va destinada la autobiografía.

Empieza así:

“Yo había sido delegado de prensa de los alumnos del último curso de bachillerato del Instituto Velázquez, donde me dio clase el gran poeta Gerardo Diego, tenía 17 años y trabajaba  en las Líneas Aéreas Postales Españolas  Encargadas del servicio aeropostal. Al iniciarse la guerra civil  disponía de 18 aviones que cubrían la red peninsular (Madrid-Sevilla, Barcelona Valencia) la red del Norte de Africa ( Las Palmas, Tenerife, Larache y Cabo Juby ) y la europea ( Londres, Lisboa, Paris y Berlín)

. El día 17 de julio estaba yo en la oficina de la LAPE  preparando la documentación del vuelo del día siguiente 18, justamente. Conmigo únicamente quedaba  un ordenanza que tenía que cerrar al irme yo. En esto apareció el presidente de la compañía, el comandante de aviación ,Carlos Nuñez Mazas, un hombre de confianza del gobierno  del Frente Popular, y me pidió que hiciera  una serie de llamadas, pues la telefonista se había ya marchado.  Empezó a decirme nombres de los pilotos  y  miembros de la tripulación de la compañía, ordenándoles se concentrasen lo mas rápido posible en el aeródromo de Barajas.  pero al mencionar yo alguno de los nombres me decía “a ese no”.Sabía o temía que podrían estar en el golpe que acababa de producirse. La actuación de Carlos Nuñez permitió que los aviones y gran parte de la tripulación  permanecieran fieles al gobierno del Frente Popular.  La compañía LAPE  dejó de existir el 1 de abril de 1939, en el momento de concluir la guerra civil

Al llegar a casa y contarle a mi padre como había concluido la jornada, me dijo “Es que ya está”.´ Se refería en concreto: a la sublevación de la que se llevaba muchos días hablando en la tertulia  del Círculo de Bellas, Artes a la que asistían los generales Valera y Queipo de Llano, quienes decían que “tenía que pasar algo”.

Al día siguiente saltó la noticia de la rebelión contra el gobierno en los diarios y radios . Yo acudí a la oficina como siempre, ese y los  dos días siguientes y entonces me ordenaron  que me tomase unas vacaciones indefinidas. En casa estaba trabajando como au pair  una chica alemana llamada Gerda, que asustada de lo que estaba pasando se volvió a su país ese mismo día, el 20

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. Mi hermana Fefa  ( María Josefa, la mayor de los cinco hermanos ) estaba en Murcia, en casa de la tía Marita,( Seiquer, hermana de Elisa,  la madre de Pedro)  su familia y la de la tia  Teresa . Estaban muy atemorizadas: el tio Ángel (médico Angel Romero,(casado con María Seiquer Gayá, médico, presidente de Acción Popular), había seguido yendo al hospital como de costumbre  hasta un día en que habló con el gobernador civil y Adolfo Silvan y le pidió que le permitiese dormir en la oficina porque se sabía estrechamente vigilado y en peligro . Pasados unos días al levantarse se encontró que no podía salir de la habitación  porque la  puerta cerrada. Un tribunal popular lo iba a  juzgar como colaborador de los insurgentes.

 La provincia de Murcis se había mantenido leal al Gobierno. En la capital el 6º Regimiento de Artillería Ligera estuvo acuartelado los días 17, 18 y 19 de juli;  las milicias obreras acordonaron el cuartel de Artillería y se hicieron con el control de la ciudad. En Lorca, las milicias rodearon el cuartel de la Guardia Civil y detuvieron a los líderes locales de Falange. En Cartagena, la oficialidad  de la base naval se había sublevado pero la marinería reaccionó deteniendo y ejecutando a un número importante de los oficiales. La Base Aeronaval de San Javier se sumó a la sublevación permaneciendo inactiva, pero el 19 de julio se había rendido sin apenas hacer resistencia. El gobernador civil, Sr.  Silván, intervino a los periódicos que eran desafectos al gobierno pidió a los murcianos calma. «Es necesario sobre todas las cosas una cordura que lleve la confianza a todos. Ni una huelga y ni siquiera el más pequeño movimiento que pueda entorpecer la acción pacificadora de la autoridad…Que en fábricas y talleres se vea trabajar a todo el mundo es el modo más eficaz de combatir a los enemigos del Régimen

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Yo viajé  a Murcia para traerme a mi hermana Fefa, y  reunirmos en Madrid toda la familia, padres y hermanos

El ministro de Justicia era Mariano Ruiz Funes, amigo de toda la vida de la familia, vivía en la misma casa que nosotros, en el mismo rellano de la escalera. Mi madre acompañada de Fefa fue a verle y pedirle resolviera a favor de su cuñado Ángel.   Ruiz Funes le contestó que era un jurado popular y que no podía hacer nada; mi madre le pegó una bofetada. Mi padre, amigo de Indalecio Prieto ministro de la Guerra del gobierno, le dijo que pidió que  por telegrama petición de indulto de Ángel que estaba detenido desde el  15 de agosto.  Prieto la respondió que lo haría y lo hizo, pero el telegrama no se lo entregaron a los miembros del tribunal popular ni al director de la cárcel . Lo fusilaron , junto con otras nueve personas, entre ellas el jefe de Falange de la provincia, el 13 de septiembre. El cadáver lo arrastraron por las calles y lo prendieron fuego, según leí en un diario inglés.

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En esas semanas yo pensé que tenía algo que hacer ; encargué un papel de cartas y un sello de goma con lo que yo llamaba BRIGADAS JUVENILES DE AUXILIO Y EVACUACIÓN, e hice unos carnés que distribuí a mis amigos que estaban escondidos en sus casas sin atreverse a salir y con esos documentos pasaron la guerra. Había un desconcierto total y nadie sabía exactamente qué decir o hacer, Yo recibí una carta de mi amigo Ángel Viñas desde el penal de Chinchilla, contándome que estaba condenado a muerte. Con esa carta fui a ver al peruano  Ricardo Cornejo que era el presidente de la FUHA (Federación Universitaria Hispano Americana) , quien inmediatamente mandó una nota a Chinchilla y al día siguiente pusieron en libertad a Ángel Viñas.

La FUHA (Federación Universitaria Hispano Americana) había nacido en los primeros años de los veinte y estaba compuesta por jóvenes iberoamericanos de la clase media alta que disponían de medios económicos para venir a realizar o continuar sus estudios en España y atraídos por las corrientes ideológicas de Bakunin, Trostky, Lenin, la socialdemocracia alemana y la posibilidad de seguir cursos o escuchar las conferencias de los grandes maestros españoles, Unamuno, Ortega y los escritores de la generación del 98 y la del 29.. También la integraban y eran muy activos estudiantes apristas, comunistas y de otros grupos de izquierdas, que llegaban huyendo de la persecución de que eran objeto en sus paísesde origen, sometidos a ferreas dictadura , Bolivia, Peru, Venezuela y Cuba . En la década de los 20 y 30 la FUHA fue uno de las mas importantes  instituciones que reforzaron los vínculos culturales y sociales entre España y sus antiguas posesiones americanas, corriente iniciada a fines del siglo XIX y que después de la guerra civil continuo el Instituto de Cultura Hispánica  y entidades juveniles como la Asociación Cultural Iberoamericana. La FUHA inicio sus actividades en el Ateneo y las continuó luego en el Palacio del Marqués de Pedrales, un edificio de la calle de la Magdalena, cedido por el gobierno.  en la calle de la Magdalena. Muchos de los estudiantes izquierdistas, entre ellos el peruano Ricardo Cornejo, antes mencionado, integraron las filas de una Brigada Mixta que  entró en combate cuando las tropas de Franco llegaron a la Ciudad Universitaria. Lo hizo junto con las primeras con las primeras unidades de las Brigadas Internacionales.

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Todos en casa vivíamos con miedo. Cada día llegaban noticias que nos sobresaltaba y angustiaban mas.. Mi padre entró en una depresión grande, habían matado a algunos amigos suyos precisamente por eso, porque eran amigo suyos.  Le ayudó a salir de esa depresión  un gran  amigo  belga que se llamaba Emilio Drapier ingeniero, que había construido el ferrocarril de vía estrecha de la Marina, de Alicante a Denia y que venía todos los días y le traía noticias esperanzadoras, de los que estaban refugiados en las embajadas y de la evolución de la guerra..

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Semanas antes de la sublevación  mi padre  (Pedro Martínez Orozco) estaba preocupado por la situación política, que se agravaba día a día y  pensó en que debíamos irnos a  a la Argentina, donde él había vivido una decena de años, cuando era  soltero y tenía un hermano. Regresó a España en 1916 para  casarse con la idea de volver, pero mi madre tuvo miedo. Era los años cruciales de la I Guerra Mundial y los submarinos alemanes parecían dominar en el Atlántico. Es por ello que yo nací en Madrid .y no en Buenos Aires. Pero el sueño argentino siguió durante años y por eso a principios de junio de 1936, visto el clima de violencia reinante reservó  un pasaje en un barco que debía zarpar de  Barcelona el 24 de julio de 1936.  El iría en primer lugar y luego nos llamaría al resto de la familia. Pero calculó mal los tiempos porque el 18 julio se inició la guerra civil, y en el puerto de Barcelona parte del barco en que debía viajar  resulto destruido por el fuego.

Así fue que el movimiento que se declaró el 18 de julio nos pilló en Madrid y a mi hermana  Fefa en Murcia como dije. Los primeros días la confusión y el terror se instalaron y padre cayó en una tremenda depresión a causa de que a varios amigos suyos les habían” dado el paseo” y sus cuerpos aparecidos junto a las tapias del cementerio del Este.. De esa depresión le sacó un buen amigo, Emilio Drapier, ingeniero belga que había dirigido y construido el ferrocarril de vía estrecha de la marina de Alicante a Denia.

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Estábamos angustiados, aterrorizados, con los nervios a flor de piel, recordando que  solo unos quince o veinte días del comienzo de la guerra, yo había ido con mi hermana María Josefa a Lisboa a pasar un fin de semana y estando en Estoril, en una terraza en la mesa de al lado estaba el General Sanjurjo que presuntamente iba a ser el jefe de la insurrección, almorzando con el piloto Ansaldo, que era el que iba a pilotar el vuelo de Sanjurjo para encabezar el golpe militar. Cuando el aparato iba a despegar en Lisboa se produjo el accidente mortal.

Vivíamos en la calle Villanueva esquina Castelló y  en las tórridas madrugadas de finales de julio veíamos pasar  los camiones con los cadáveres de los asesinados durante la noche.. Había que dejar las ventanas abiertas de las habitaciones que daban a la calle y la luz encendida  para controlar el posible paqueo, que eran los tiros que daban los milicianos si creían que había gente escondida en las casas. Los tiros sonaban PAK PAK PAK, todo el mundo lo llamaba paqueo. Para dormir nos amontonábamos en un cuarto de baño muy grande, una habitación interior y en el pasillo.

La rebelión avanzaba y cuando conquistaron Toledo  y miles de personas  de La Mancha  vinieron a  Madrid y era preciso darles alojamiento. Nosotros tuvimos a una familia que eran: la mujer de un militar,  que  nos dijo que su marido estaba escondido en el manicomio de Ciempozuelos. Con ella estaban sus padres, unos ancianos, que llegaron con un jamón y un gran recipiente de miel que al principio se lo reservó para el mismo. Al cabo de unos días la convivencia se abrió en una confianza que hizo que dieran a mi madre los alimentos para que ella los administrara y repartiera..

Empezamos a pensar en irnos a Altea, pueblo de mi padre, y aprovechando el viaje de un camión que se dedicaba al transporte de pescado, salimos  los cinco hijos nos fuimos  y pasamos la noche en La Roda, de donde era mi amigo Ángel Viñas, a quién entregué , los carnés y el sello de goma e hice responsable  de las Brigadas Juveniles de Auxilio y Evacuación, que había inventado como  conté anteriormente. Allí pudimos ver como se estaban organizando las Brigadas Internacionales con hombres, muchos veteranos revolucionarios de muchos países.

Al dia siguiente llegamos a  Alicante nos alojamos los hermanos  en casas de parientes y amigos; mi madre llego una semana después de nosotros, en un camión de pescado,  y  la semana siguiente  días después mi padre. Había adelgazado muchísimo,  y se había dejado barba y me costó  reconocerlo. Reunida la familia seguimos  a Altea, donde pensábamos quedarnos esperando  ver cómo evolucionaba el conflicto bélico. El alcalde de Altea, que era socialista, – y  lo era gracias a mi padre que le había conseguido el puesto- , se asustó pensando que podrían  a buscar a mi padre y detenerlo y nos indicó que sería mejor que nos fuéramos a Valencia, donde estaba el gobierno. Salimos a la noche siguiente y, en Valencia mi padre consiguió que nos dieran el pasaporte mío y de mi madre. Desde allí  salía un barco que iba a Orán, todas las semanas. El capitán era de Altea y accedió a llevar a mis hermanos pero no se atrevió conmigo por mi edad que por entonces cumplía los 18 años. En Orán estaba la tía Pepita y más gente de Altea que habían escapado en barcos de pesca.

Mi padre y yo,  con los pasaportes en la mano no nos atrevimos a ir al puerto a despedir a la familia porque  había controles de la UGT, la FAI y otras milicias, y decidimos seguir viaje a Barcelona. Allí conseguimos reserva para un barco francés, el Imeritie, que iba a Marsella. No dejaban sacar más de cuatro pesetas en plata y mi padre compró un reloj para gastar el dinero que no podía llevar en efectivo.

En el barco, un camarero anamita que se llamaba, Hai, nos  consiguió un camarote  gracias a que mi padre tenía un talonario de cheques de un banco francés, con el que se solucionaban muchos problemas. Al llegar a Marsella una agencia de equipajes se hizo cargo de nuestras maletas, que eran muy buenas por cierto. Era sábado y mi padre le pidió al director en el hotel dinero para pagar los primeros gastos y empeñó el reloj que había comprado en Barcelona, para tener un primer dinero francés; nos dieron más del doble de lo que había costado.. Poco después yo viajé a Orán a reunirme con mis hermanos y volver a Marsella.

Mi padre recibió de Buenos Aires un dinero que había facilitado don Pedro Piccardo , uno de los grandes industriales de la época, dueño de las grandes tabaqueras Nobleza, los cigarrillos 43 y otras marcas, con el que había trabajado en los diez años pasados en Argentina. y mantenía una buena relación amistosa desde entonces Ya más tranquilos en el aspecto económico se al quiló un apartamento en la calle Fargés de Marsella, pensando que la guerra iba para largo y no sabíamos cómo terminaría. Mi padre creó la editorial Mulot y puso en marcha lo que se llamó “Bibliotecas Circulantes Sistema Orozco”, (su apellido materno) de la que se llegaron a imprimir unos cuantos ejemplares de muestra. También constituyó otra sociedad con un notario importante (en Francia la gente de dinero lo invierte confiando en sus notarios).tratando de crear algo similar a las tarjetas de crédito actuales. Era un  innovador

A Marsella  cada  llegaba regularmente  el torpedero argentino “Tucumán”, con refugiados  bajo protección diplomática que desde trasladaban a Francia a la gente que pasaportes de salida y a muchos otros que no los tenían y subían a bordo disfrazados de marineros del barco. Desde noviembre de 1936 hizo doce viajes llevando a 1250 exiliados. Había sustituido al crucero argentino “25 de mayo” que  entre agosto y noviembre  llevo a Francia a 250 personas. Mi padre visitó varias veces el torpedero donde fue recibido por capitán, Mario Casari, que lo invitaba a café Recuerdo que en una de esas veces, cuando estaba esperando mi padre le dijo al camarero: “un buen café, café de capitán”, y él marinero le contestó,” el mejor café es el café del cocinero”.

Pasados unos meses recibimos siete pasajes para ir a Buenos Aires, que nos mandó el empresario Pedro Piccardo  y nos fuimos a Niza  para embarcar  en el trasatlántico italiano Conte Grande lo que hicimos el 24 de junio de 1937. Habíamos pasado algo mas de siete meses en Marsella. Al cabo de catorce días llegamos a la República Argentina”.

Fin del primer episodio , como llama mi amigo Pedro Martínez Seiquer  a la autobiografía que está escribiendo.  En Argentina vivió allí ocho años. Los mejores de su juventud.

Armando Rubén Puente.