La alternancia regresa radiante a Madrid

Por Jairo Máximo

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Manuela Carmena fotografiada en el centro de Madrid / Agustín Sarría.
Alejada de la capital española la alternancia política regresa arropada por una plataforma de ciudadanos indignados de distintas ideologías y sectores sociales aglutinados en Ahora Madrid

MADRID – (Blogdopícaro) – Hacia más de un cuarto de siglo que la alternancia  política no se instalaba en el Ayuntamiento de Madrid, el primer municipio en habitantes del Estado español. Trae consigo nuevos aires de renovación. Su deseado regreso se fraguó tras un pacto electoral con los socialistas.

La primera ¿señal o espejismo? de que ella podría volver pronto la la capital se remonta a los años 2009, 2010 y 2011, cuando encontrábamos, casi a diario, multitudinarias manifestaciones de indignados de diferentes sectores sociales que gritaban libremente: «No», a las medidas de austeridad aplicadas contra la crisis económica internacional que empezó en 2008, en los Estados Unidos, rápidamente cruzó el charco y alcanzó España, Grecia, Italia, Irlanda y Portugal; «No», al secuestro de sus derechos laborales adquiridos en décadas y, «No», a los recortes sociales.

Por entonces, el Gobierno central estaba conducido por el despistado Partido Socialista Obrero Español (PSOE), mientras que el Consistorio de la capital continuaba en manos del Partido Popular (PP).

Cuando llegaron las elecciones municipales, autonómicas y generales de 2011, los populares las ganaron con mayoría absoluta.

Mariano Rajoy relevó a José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno español. Alberto Ruiz-Gallardón se quedó con la alcaldía de Madrid, pero por poco tiempo. Pasó de ser alcalde a ser ministro de Justicia, sin antes regalar la alcaldía a la exprimera dama Ana Botella (esposa de José María Aznar).

Fue así que una vez más la alternancia no consiguió aval para regresar a la capital.

Curiosamente, tras las elecciones de 2011, los recortes sociales y las manifestaciones iban en aumento, aderezados con el destape de sonados casos de corrupción política involucrando a diversos partidos políticos y a sus «donantes».

En 2012, solo en Madrid, se registraron 3.419 manifestaciones autorizadas. En muchas de ellas los participantes se organizaban en «mareas».

En Sanidad,  la marea blanca, defendía el mantenimiento de un sistema de salud pública, de calidad, gratuita y universal. En Educación, la marea verde, defendía el mantenimiento de la educación pública para todos y todas. En Cultura, la marea negra, pedía la bajada del 21% de IVA.

Entre 2012 y 2014, el poder público madrileño, en sintonía con el Gobierno central, que también despreciaba las mareas, aprovechó las circunstancias de la crisis y ¿recortó o privatizó? los derechos sociales básicos, sin atenerse a las consecuencias.

«No es crisis, es estafa», se oía y se leía en las pancartas en las calles de la capital.

ENCUENTRO MARCADO

Campamento 15M en Sol/Jairo Máximo.Blog do Pícaro.
Campamento 15M en Sol/Jairo Máximo-Blog do Pícaro.

Recordar es preciso. La señal inequívoca de que la alternancia política regresaría a la alcaldía de Madrid, fue la multitudinaria manifestación del día 15 de mayo de 2011, que contó con la participación de más de 20 mil ciudadanos, bajo el lema “Democracia Real Ya… ¡No somos mercancía en manos de políticos y banqueros!”.

Más de 400 asociaciones ciudadanas se adhirieron a la convocatoria.

Esta festiva manifestación, que acompañe in situ, terminó con los antidisturbios cargando con contundencia contra un grupo de radicales infiltrados y, de paso, contra todo aquél que se cruzaba en los alrededores de la plaza de Callao. Como reacción a esa desmedida represión policial, un grupo de jóvenes hicieron una sentada pacífica simbólica; primero en la calle del Carmen, después en Puerta del Sol.

Sorprendentemente, en menos de 24 horas, la sentada se transformó en una gigantesca acampada. Había nacido el movimiento de los indignados españoles, el 15-M, liderados por nuevas fuerzas sociales con inquietudes variadas. Una explosión política nunca antes vista en la democracia española. Sus consecuencias a la vista estaban. Un cocido madrileño en el punto cero de Madrid que dio la vuelta a todo el mundo.

Mientras tanto, el tiempo pasaba.

Carteles  de apoyo a Carmena, encontrados en la fachada del desalojado centro social Patio Maravillas/ Jairo Máximo. Blog do Pícaro.
Carteles de apoyo a Carmena, encontrados en la fachada del desalojado centro social Patio Maravillas/ Jairo Máximo-Blog do Pícaro.

En 2014, nació el partido Podemos, ideado por un grupo de profesores de la Universidad Complutense de Madrid y constituido por muchos de aquellos que un día habían participado activamente en la histórica acampada de Sol, en 2011. Podemos se identifica por el color morado y ocupa una silla en el Parlamento Europeo. Pero no tiene un programa electoral conocido ni definido.

Y así llegamos a la primavera de 2015, cuando la plataforma ciudadana Ahora Madrid, constituida por Ganemos, Podemos, Equo y una parte de Izquierda Unida, tras una primarias presenta a la exjueza Manuela Carmena Castrillo como candidata a las elecciones municipales.

«Vota Manuela Carmena – La única Esperanza para Madrid», decía uno de los muchos carteles electorales que diversos diseñadores e ilustradores le dedicaron y divulgaron gratuitamente.

«Madrid, capital del cambio» era el eslogan oficial de Ahora Madrid.

Finalizados los comicios del 24-M, Ahora Madrid sorprende. Logra 20 de los 57 ediles; rompe el bipartidismo imperante, y pasa a ser la segunda fuerza política.

Después de pactar con el PSOE, que conquistó nueve concejales bajo el eslogan «Gobernar para la mayoría», Carmena alcanza la alcaldía de la capital.

«No tengo ningún vínculo con Podemos ni con otros partidos; me siento libre», explicó Carmena, que durante la campaña fue atacada sin piedad por su contrincante, la popular Esperanza Aguirre, que desarrolló una campaña electoral basada en el discurso del miedo y en la «des-construcción del enemigo», sin calibrar el potente efecto bumerán de tal acción.

6078e04091339b080420a847e876b733«Trabajar. Hacer. Crecer. Solo es posible con tu voto», era el eslogan/consigna de la campaña de la candidata popular.

«Creo mucho en la reinserción», contestó la exjueza Carmena, en alusión directa a los ataques de la candidata Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid y cazatalentos.

«Que el Espíritu Santo inspire a los madrileños para que voten lo mejor para Madrid», suplicó Aguirre [en vano] a Dios.

«Radicales», «extremistas», «bolivarianos», «antisistema», «independentistas»,  fueron algunos de los oprobios que el PP y sus fervientes acólitos dedicaron a la nueva alcaldesa y su equipo, nada más tomar el mando del Ayuntamiento. Evidenciando un infinito desprecio por sus rivales.

«Sólo he estado fuera del sistema democrático cuando aún no lo había y estaba luchando por él. Seamos serios, por favor, Madrid lo necesita», twitteó Carmena.

SIN SEGUNDOS

Menos de 24 horas en el sillón de alcaldesa y Carmena afrontó su primera crisis de gobierno. Tuvo que prescindir de su concejal de Cultura, el edil de Ahora Madrid, Guillermo Zapata, un tuitero incontinente e inconsecuente, que está pagando caro lo que a muchos otros les sale gratis sin excusas. Sus chistes «entrecomillados» en Twitter apestan bajeza moral.

Zapata dejó su cargo de concejal de Cultura, pero mantiene el acta de concejal y la presidencia de los distritos de Villaverde y Fuencarral-El Pardo. Cerró su cuenta en Twitter. Pidió disculpas públicas reiteradas veces a los ofendidos y argumentó que los había escrito durante un debate en Twitter sobre los límites del humor negro. Asimismo, el edil incluso recibió el perdón público de Irene Villa, una de las víctimas de ETA, protagonista de un de sus polémico tuits, escritos en 2011. «No me siento  humillada ni ofendida. Son solo eso, chistes».

Sin embargo, Zapata tendrá que declarar en la Audiencia Nacional, después de ser citado por el juez por «delito de humillación a las víctimas del terrorismo». Según la fiscal el contenido del mensaje resulta «objetivamente vejatorio y humillante para todas las víctimas que de una forma u otra lo han han sido del terrorismo».

Si la justicia es igual para todos, como dijo el rey emérito Juan Carlos I, imagino  que la cola para declarar en la sede de la Audiencia Nacional, en la madrileña plaza Villa de París, superará con creces las colas del paro en el Estado español.

Basta leer o releer los comentarios o chistes online de cualquier publicación y oír las grabaciones de tertulias radiofónicas y televisas para detectar y constatar que hay muchos precedentes recientes, muchos de ellos en el seno del PP, que han pasado de largo.

«Las redes sociales pueden convertirse en armas de destrucción masiva para las reputaciones de las personas», constata el escritor y periodista británico John Carlin.

Por otro lado, la recién estrenada alcaldesa de la Villa y Corte de Madrid, Manuela Carmena sostiene: «Quiero seducir a todos. Les vamos a seducir».

Buena suerte. Cien días te daré…•

Montaje artístico visto en un escaparate de una tienda del barrio de Malasaña / Anais Máximo.
Montaje artístico visto en un escaparate de una tienda del barrio de Malasaña / Anais Máximo.