Discurso del Presidente de la ACPE en la entrega de Premios

Discurso de Ramón-Darío Molinary, Presidente de la ACPE, en la ceremonia de entrega de los Premios Anuales ACPE/CIP  20 de Enero/2011

El presidente de la ACPE, durante el discurso / (C) ACPE

Señor Vicepresidente del Gobierno, Señor Alcalde de Madrid y demás autoridades,compañeros corresponsales, señoras y señores

Cuando hace 88 años se fundó en Madrid la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera, la figura del periodista era importante y admirada. De ahí que personajes de aquel tiempo, como Winston Churchill y Ernest Hemingway, ambos Premios Nobel, comenzaron sus carreras en la prensa y siempre se sintieron periodistas. Ésto cambió en las últimas décadas.

Nuestro oficio exige una condición fundamental, ser capaces de funcionar con «los otros». Porque ninguna sociedad moderna puede existir sin periodistas, del mismo modo que los periodistas no podemos existir si ninguneamos a la sociedad civil.

En nuestra profesión los estudios nunca se acaban. Abarcan la sociología, la ciencia política, la antropología, la sicología, la literatura y otras muchas disciplinas que nos permiten realizar con probidad nuestro trabajo. Somos más generalistas  que especialistas. Siempre en busca de la verdad.

Los corresponsales hacemos nuestro trabajo con entrega y abnegación. Con espíritu de sacrificio y entusiasmo. Renunciando en sinnúmero de ocasiones a las comodidades, al bienestar e incluso a la seguridad personal. Queremos apuntar siempre a la verdad, a la realidad . Sin que grupos de presión nos las nublen.

Somos herederos de Truman Capote, Norman Mailer y Tom Wolfe -con precursores suyos como Orwell, Malaparte, García Márquez y un largo etcétera- que nos legaron lo que hemos convenido en llamar «nuevo periodismo».  El que nos obliga a que para producir una página de calidad hayamos tenido que leer más de un centenar.

Hoy, en 2011, con herramientas de trabajo comoWikileaks y con osados y polémicos hackers como el australiano Julian Assange, se nos han puesto en bandeja nuevas vetas al servicio del lector, de la sociedad civil y de la verdad, por dura que resulte para el poder político y corporativo.

Surge así, concluyo, recordando a Kapucinsky, un «autoritarismo oculto» que debemos mirar con lupa. Porque produce, como efecto colateral, una grave enfermedad de la democracia moderna que los periodistas y los corresponsales   debemos paliar.

Es éste el reto que, como compromiso ético y moral, quiero compartir con ustedes. El que nos llevó hace un año a declarar desierto el Premio ACPE de Economía y hoy a no premiar a nadie en el área de la Política.

Nada más y nada menos.

Muchas gracias.