Corresponsales analizan las estrategias de comunicación en la guerra global yihadista

En la actualidad la información sobre la guerra yihadista acapara portadas de periódicos en todo el mundo, y por ello en la pasada edición de ENACPEN se dedicó una mesa a debatir sobre las “Estrategias de comunicación en la guerra global yihadista” en el Encuentro de Corresponsales ENACPEN 2, celebrado el 8 de octubre de 2015 en IE Business School (Madrid).

A continuación transcribimos algunas de las intervenciones de dicho debate.

Carmen Chamorro: detrás de cada víctima del terrorismo hay una historia que contar

También estimo que el ciudadano tiene el derecho a recibir buena información, la imagen objetiva de la realidad, a través de una información precisa y completa. También, detrás de cada víctima del terrorismo hay una historia que contar, pero siempre y cuando que el periodista evite la intromisión gratuita. Es decir, si hay dolor, aflicción por parte de la persona afectada, en este caso, de los familiares de las víctimas del terrorismo, se debería de consultar previamente si se pueden difundir o no esas imágenes.

Yo, como periodista y corresponsal que he sido, considero que se debe dar una imagen total y absoluta de esa realidad pero también consultando previamente, teniendo en cuenta ese derecho a la dignidad humana y el respeto a la vida, y sobre todo el respeto a los familiares de esas víctimas. Recordando el último acto terrorista, bueno, de los últimos, que fue contra la revista satírica Charlie Hebdo, uno de los familiares del policía que fue rematado en el suelo ha pedido una y otra vez que se retiren las imágenes del vídeo, y no han sido retiradas las imágenes de las redes sociales—continúan siendo difundidas en Internet. Y a eso me refiero, a dar una buena imagen de una noticia en su mayor amplitud para que el ciudadano sea conocedor de lo que está ocurriendo, pero respetando el derecho a la integridad y a la dignidad humana.

Por otro lado, la estrategia a aplicar por parte de un buen periodista, también es, teniendo en cuenta otras políticas proactivas que emplean gobiernos como el de Estados Unidos—que está haciendo ahora contracampañas de Daesh difundiendo imágenes muy duras, pero de los mismo terroristas, de excombatientes de Daesh, que ya han renunciado a estar en sus filas precisamente por la atrocidad de los hechos y demás. Si a eso se le une, también, el poder difundir los mensajes que lanza la comunidad internacional musulmana, donde están constantemente condenando estos hechos, también forma parte de nuestra labor como periodistas, porque, realmente, tras estos atentados el índice de “islamofobismo” cada vez se acrecienta más. Entonces estamos confundiendo en la opinión pública lo que es el integrismo con lo que es el musulmán. Y, en este sentido, cedo la palabra a Dibsi, que sabrá del “islamofobismo” muchísimo mejor que yo, y podrá hablar de los peligros colaterales  a estos hechos, de confundir lo que es el integrismo y lo que están haciendo estos grupos terroristas con el Islam, y lo que realmente es el Islam y el musulmán.

Majed Dibsi: Hablar de Daesh parece que es el arma arrojadiza a entretener

«Buenas tardes, en primer lugar, a estas alturas de la película con la comida  tan sabrosa que hemos tenido, si con el vino podríamos atinar a resumir en cinco minutos un tema tan grave y tan complejo, ¿verdad? Voy a tomar de referencia la intervención de mis compañeros acerca del tema de Daesh y demás.

Para mí, la piedra angular de cualquier análisis o entrada al tema, arranca de intentar evitar, a toda costa, el eufemismo, de tener la profesión y el rigor del análisis, porque, en definitiva, la obligación del periodista es transmitir mensaje, no servir al medio y al interés que representa este medio u otro. Si el periodista de por sí, de forma abstracta, tendría que hacer esto. Yo soy jurista y os voy a decir que el derecho internacional y las Naciones Unidas no tienen definido, hasta la fecha, lo que es el terrorismo. Se hace arbitrariamente en función de los intereses que cada cual representa en un momento dado. Podríamos llamarle acciones encubiertas, daños colaterales, como el otro día en Yemen ciento treinta civiles en una boda, y hoy veintitrés en otra boda y nadie dice que esto es un crimen de guerra. Nadie lo menciona. Israel, en tres días, ha matado ocho personas y ha herido a quinientas sesenta y ocho personas, y no tiene mención alguna en los medios de comunicación.

Hablar de Daesh parece que es el arma arrojadiza a entretener. ¿Qué es Daesh? Que, por cierto, no es Dash, alguien dijo. Dash es sortear, que no es lo mismo que Daesh. Daesh es el término del estado en Siria e Iraq, ISIS, es la palabra Daesh. Por lo tanto Daesh no ha sido un hecho que ha venido del cielo, es una organización creada, cuyos creadores están ahí y hay que señalarlos con el dedo. Arabia Saudí, Turquía, Qatar, y con el padrino de todos ellos EE. UU. El objetivo, giro estratégico, como fragmentar la zona de Oriente Medio al margen de los detalles que podríamos entrar, y esto requiere una conferencia larguísima en el tiempo, y no vamos a entrar ahí. Bueno, tanto DAES, “¿cómo es posible?”, alguien puede preguntar, “¿Cómo es posible que Daesh, de la noche a la mañana dispone de mil quinientos tanques, que no tiene salida al mar, entra y ocupa Musol, la segunda ciudad de Iraq y una parte vasta de Iraq hasta llegar a Lambar, la frontera con Jordania y con Arabia, y luego Estados Unidos viene a plantear que van a luchar contra Daesh necesitamos diez años. Desde el año pasado que se creó la alianza contra Daesh, en la que participan sesenta países. Siete mil incursiones aéreas ha hecho Estados Unidos y reconoce que han hecho rasguño a Daesh. Ésto quién se lo cree. Estados Unidos es la primera potencia mundial que pudo diezmar, desmantelar, al ejército iraquí en un mes y tres días, y plantea diez años para acabar con Daesh. Eso es una broma de mal gusto. Hay que plantear las cosas.

La islamofobia es arma arrojadiza para asociar que tenemos que tener un enemigo que hay que diabolizar y utilizar en un momento dado para conseguir objetivos que no tienen nada que ver ni con la democracia ni con las libertades. Arabia Saudí, de la noche a la mañana, es un régimen títere, y su régimen data de la Edad de Piedra. El aliado natural en la zona. Se le nombra presidente del comité de Derechos Humanos en las Naciones Unidas. Si queremos hablar en serio contra el terrorismo islámico.

¿Qué es Daesh? Daesh son la frustración crónica junto con aquellos que lucharon a partir de la ocupación de Iraq, ex‒militantes del servicio de inteligencia de Iraq, de Saddam Hussein, y luego centenares o miles de mercenarios que han entrado a través de Turquía, caucásicos, chechenos y un sinfín. Francia reconoce mil trescientos entre las filas del estado islámico. Por lo tanto, no hay que simplificar las cosas, hay que hacer análisis riguroso, riguroso, y decir a quién sirve DAES. Al Qaeda, en su momento, fue creada por la CIA, como reconoce, como también reconocen ahora con respecto a Daesh. La propia Hillary Clinton dice que “ha sido un invento nuestro”, y el señor John McCain ha estado presente con All Nus Ra, FACCIÓN EN LA ZONA DE ALKAEDA, ambas organizaciones conocidas, definidas, como terroristas. En las últimas resoluciones de las Naciones Unidas, las 2170 y las 2173 resoluciones de la ONU y, sin embargo, ahora estábamos hablando, como ha intervenido Rusia, hay terroristas moderados que no son terroristas, son oposición, y hay terroristas malos que son el Daesh, y, a lo mejor, alguien más. Pues no, señor. El terrorismo es el terrorismo. Esos señores son más que escoria, más que criminales, son gente que no tiene absolutamente nada. Si queréis entrar en detalle, quiénes son los salafistas, quiénes son los Wuahadíes, quiénes son los chiíes, por qué han venido estos, por qué han venido los otros, esto requiere una conferencia de horas y horas. Podríamos hablar y plantear en otra ocasión. Pero ese es el tema, si los medios de comunicación quieren de verdad atender a esto, habría que tener un rigor de análisis.

Couso, que fue asesinado por los soldados americanos. ¿Hasta ahora alguien lo ha planteado? Mira, fue suspendido en la Audiencia Nacional y ya no se puede seguir enjuiciando a los soldados norteamericanos. ¿Por qué? Porque el Tribunal Penal Internacional no tiene competencia. ¿Por qué? Porque Estados Unidos ha puesto una condición para que no forme parte de este Penal Internacional. Sin embargo, sí, el presidente de Sudán es un criminal de guerra. Queremos entrar en este tipo de análisis para saber cuál es el papel real de los periodistas. El periodista serio, que no pongo a nadie fuera de esta seriedad, sino, tenemos que ser rigurosos, ser independientes de criterio, defender, aunque nos cueste, muchos que habéis hablado de cuarenta euros que pagan a un periodista, dicen: “A mí, si a lo mejor digo una opinión diferente me echan de este medio de comunicación”. Yo que trabajo en RTVE, y te digo, me siento autocensurado, porque no puedo decir algunas cosas como si estoy diciendo ahora. ¿Por qué? Nadie me pone desde el punto de vista de arriba, pero sé que con la mañana, como el otro día en un programa que tuvieron que cancelar por hablar de Satán, pero mencionando a los judíos. Con la cámara, que no tiene nada que ver con los judíos. Antes en mitad, cerrar el programa. En este sentido, por esta sencillez quiero que se enfoque el tema, tanto de Daesh, como la islamofobia, como el terrorismo, en varias conferencias para que de verdad tengamos conciencia de lo que estamos atendiendo. Que no sirva sólo de arma arrojadiza al servicio de geoestrategias ajenas, totalmente, a las libertades, a los derechos humanos, a la libertad de expresión, y a la voluntad buena de la inmensa mayoría de la gente. »

Masato Ishibashi: tenemos que ser más solidarios

Voy a centrar el tema en Kenji Goto, ya que he estado con su madre tantos días. Por culpa de la muerte de su hijo empezó su demencia.

Porque la información normal la tienen todos los periodistas, así que voy a centrar el tema en Kenji Goto que sacrificó su vida. Era pacifista y humanista. Su vista estaba enfocada hacia los niños. Solamente a los niños. ¿Quién es más débil en las zonas de conflictos, zonas de guerra? Son los niños. Entonces, él lo hacía con  la vista puesta hacia los niños y quería salvar las circunstancias. Él intuía un éxodo. Esta vez hubo éxodo de Siria. Él lo sabía, porque estuvo diez veces allí, pero siempre sabiendo evitar, prometió—yo tengo cuatro libros de él que los padres de Kenji me han mandado; en todos protagonistas, son niños. Y estos niños soldados que dicen que prefieren paz que diamantes (el libro se llama Queremos paz, no diamantes: confesión del niño soldado Muria). Ese pueblo de África que tienen un río y en el fondo hay diamantes, pero ellos prefieren paz que diamantes. Es una historia tremenda. Pero él no critica nada, con las imágenes de su foto nos dice todo. Que tiene niños de doce, trece años con ametralladoras que pesan casi igual que su peso. Y cuando dicen “mate a esta tribu” entonces tenía que matar. Y el otro libro es Nacido en el pueblo del sida. En África, hay un pueblo que el 90% de habitantes tiene SIDA. Y una niña de dieciséis años se queda embarazada, teniendo SIDA, allí hay problema. Este es Si pudiera ir a la escuela. La niña que no tiene ni dónde ir a la escuela. Este es Rezo de Ruanda, la madre que perdió a su marido y dos hijos mayores, cómo sobrevive, es impresionante. Ojalá que pudieran ustedes leer, pero está escrito de arriba abajo en japonés (risas). Los leemos desde derecha y desde arriba abajo. Para mí es muy cómodo (risas).

Yo quería decir muchas cosas, pero pasaría  de diez minutos. Todo Japón no hemos [ayudado] nada, ni periodismo, ni medios de comunicación. Estábamos observando. Solamente decir: “está corriendo riesgo, no se vaya, no se vaya”. Pero él prefiere entregar su vida que el mundo entero sepa cómo están los niños de la zona. Entonces, ¿por qué ha ido al extranjero. Al principio, cuando le secuestraron, los medios de comunicación estaban muy fríos y diciendo “¿por qué se ha metido?, ¿por qué se ha ido?” Y, un periodista amigo, él es fotorreportero, entonces, él quería enseñarnos qué es lo que pasa allí de verdad. Las frases pueden cambiar, puede hacer, pero él era padre de dos niñas, y una estaba embarazada su mujer. Una semana después del nacimiento, murió él. Se murió, sabiendo  que tiene allí su hija, pero no la ha conocido. Yo no lo estoy diciendo por sentimentalismo, pero que, tenemos que llorar. Todos somos Kenji. Y además, Islam, Estado Islámico, ha declarado, después de matar a Kenji que todos los japoneses somos enemigos. Que donde estén japoneses, en el mundo, les van a matar. Por eso, en el colegio japonés de Majadahonda y de Barcelona, he hecho entrevistas. Barcelona no quiso contar mucho, pero ha aumentado al doble la vigilancia. Y ¿qué culpa tienen ellos?, ¿qué culpa tenemos nosotros? Para aguantar, o vivir bajo una dictadura. Y sábado por la tarde hay reunión que ha convocado la Embajada Japonesa por segunda vez; un seminario para estadísticas de la seguridad, para que se nos enseñe cómo tenemos que defendernos. No podemos, no podemos, pero voy a ir el sábado. ¿Qué hemos hecho? No hemos hecho nada. Porque no hemos pagado el rescate.

Entonces, en Japón, hay una reacción negativa del Presidente Abe. Como no tenemos ejército de ataque, solamente ejército de defensa—que EE. UU. nos obligó en el año 45 cuando perdimos la II Guerra Mundial—entonces no puede responder, esta vez. Lamentó Abe, no tener ejército de ataque. No sé si podrá salvar la vida de Kenji, pero Japón, pueblo, no quiere, no quiere volver al año cuarenta y cinco, hace setenta años cuando se cumplió el verano pasado siete décadas de vivir  en paz. Pero ahora nos está estropeando la paz, y yo entiendo un poco lo que siente el  gobierno japonés. Hubo crítica del pueblo hacia el gobierno, pero no hay que cambiar. Está en el artículo número IX de la Constitución, lo quiere tocar el gobierno. Y hay muchas manifestaciones en toda parte de Japón, para que no volvamos como antes. Pero, según Abe, si hubiéramos tenido, hubiera podido salvar a Kenji.

Vino a Madrid su madre para recibir el Premio Interancional de prensa, que le otorgamos el premio a él; y, entonces, llegó por la noche el día 4 de mayo, a las doce y media. Estaba cansada pero muy alegre. Yo le había hablado y  hecho publicidad de España. “¡Ay!, solidarias, amistosas, ¡ay, qué bien! Voy a disfrutar”, estaba diciendo eso, pero yo no sabía que en aquel momento tenía ya demencia, del shock de la muerte de Kenji, porque vio un vídeo que no hemos visto del momento de la  “guillotinación” y el cadáver de su hijo. Y entonces tenía demencia, y no me ha dicho nada su actual marido. Y la primera noche en España, como siempre en Japón se duerme sobre una cama baja, en la casa japonesa antigua, sobre tatami, colchones. Se conoce que ella duerme así de tradicional, y cuando se levantó, quería ir al cuarto de baño, pisó en el aire pues estaba en la cama del hotel. Se rompió las dos caderas, y yo creo que se ha dado en la cabeza. Nunca dice que le duele, no dice nada, pero su demencia ha aumentado. Y Nieves Carrión, la Secretaria del CIP, es la única que me ha ayudado. El resto, no critico, pero nadie me ha extendido la mano, y por eso no he tenido después de que se fuera, después de— ¿cuántos días estuvo? Dos semanas o más, sí, tres semanas—y me ha salido herpes porque no puedo, no dormía, no comía, y no tengo ninguna ayuda, menos Nieves, que con todas las cosas de billetes y seguros, me ha ayudado mucho. Sin ella, no hubiera podido. Y está todavía ingresada en un hospital Japonés, entrando y saliendo, está todo el día repitiendo. Pero yo creo que tiene el espíritu de fuerte carácter de Kenji. Yo vi, a través de ella también a Kenji. Él más pacífico, pacifista y humanista. El hecho es que, hay un dicho muy conocido en Japón; él siempre decía: «Cerrar ojos, aguantad. Si te enfadas, si chillas, es el fin. Ante estos terroristas. Eso es como un rezo, odiar a otras personas no es Karma de ser humano. La justicia la hará Dios». Y Dios se equivocó esta vez, no hizo justicia. Esta vez no. Ochenta periodistas extranjeros han muerto en dos o tres años en la zona de terroristas. Y él dice, esta frase es ya muy conocida mundialmente, en Japón, todo el mundo nos la sabemos, dice que: «Esta frase me la han enseñado mis hermanos árabes».

Creo que no debemos olvidar a los periodistas que corren riesgo y se mueren. Tenemos que ser más solidarios. No hemos hecho nada.