La Reina Isabel La Católica y Santa Teresa de Jesús en la Vieja CASTILLA. Medina del Campo.
Por Sully Fuentes
Fueron mujeres inusuales para la época. Una en lo político y la otra en lo religioso, aunque ambas traspasaron los límites de su ejercicio, coincidiendo más de una vez en las mismas acciones o pensamientos.
Mujeres excepcionales para una misma geografía, que este siglo XXI las recuerda por el V centenario de los límites de su existencia.
En el 2004 se celebró el V aniversario de la muerte de la Reina Isabel La Católica. Este 2015 se celebra el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
Es un ritual y un apasionado homenaje a los pasos de estas dos célebres personalidades que han marcado la Castilla y León actual y especialmente Medina del Campo en Valladolid. A Isabel I de Castilla por sus tres décadas de histórico reinado y a Teresa de Jesús por haber iniciado un cambio en una modalidad más recogida y virtuosa de sus congregaciones
Dos seres de inmensa proyección, fuerte protagonismo, a caballo entre dos siglos (XV y XVI) y en la transición de la Edad Media y el Renacimiento.
Personalidades ricas, complejas, desbordantes y por momentos desafiantes. Las dos conocieron de primera mano las turbulencias de una sociedad poco sólida y algo aturdida. Tuvieron que lidiar con personajes un tanto mezquinos y sombríos. Pero no dudaron de sus principios y pisaron fuerte hasta conseguir los objetivos.
Educadas en la piedad y la misericordia se forjaron en una espiritualidad profunda, con virtudes morales y cristianas que se anteponían a sus intereses personales. Sin embargo eran resolutivas, emprendían acciones nada común para una mujer de esa época. Tenían temple e iniciativa para logros muy concretos. Supieron torear a los “endiablados por el poder y el dinero”. Intuyeron los obstáculos mientras visualizaban los logros, lo que les permitió seguir adelante incluso a contracorriente.
Como coincidencias las dos nacieron en Ávila, tuvieron unos primeros años con hermanastros, perdieron una figura parental a muy temprana edad y se acercaron a unos mundos donde la mayoría de la población no tenía acceso.
Es curioso pero ambas fueron marcadas por hechos desestabilizantes que las fortalecieron. Maduraron a golpe de adversidades y prácticamente dejaron prematuras huellas… en la misma geografía.
Pero el transcurrir de los acontecimientos cambió el sentido de la historia. El descubrimiento del Nuevo Mundo en el que se vio implicada la Reina Isabel I de Castilla y su marido el Rey Fernando II de Aragón trajo un nuevo orden mundial en lo geopolítico. Los Reyes Católicos al ayudar a Cristóbal Colón se vieron implicados en un hecho histórico trascendental. En cuanto a Teresa de Jesús su nueva concepción de la mujer religiosa traspasó fronteras.
Y aquí también aparecen las diferencias. Una dio al mundo descendencia, la otra acrecentó con sus ideas la vida espiritual de su tiempo.
Han sido muy terrenales en sus estrategias y en sus preferencias pero a lo largo de los siglos a ambas quisieron elevarlas a una religiosidad superior Teresa de Ávila consiguió ser reconocida como Santa Teresa de Jesús. Isabel I de Castilla ( de Ávila) aunque desde 1957 lo han buscado aun no lo ha conseguido. Sin embargo en el 2004 al cumplirse los 500 años de su fallecimiento se ha retomado este reconocimiento de beatificación.
Santa Teresa descendía de familia de judíos conversos. Isabel la Católica se inclinó por la expulsión de los judíos.
Ruta isabelina
ISABEL: una REINA, una VILLA. CAMINOS de una REINA.
Descubriendo la Villa predilecta de Isabel La católica.
Pocas mujeres serán tan cercanas y trascendentes para el Nuevo mundo como lo fue Isabel de Trastámara, la reina Isabel l de Castilla. Demonizada por unos, idealizada por otros.
Una mujer no esperada, una princesa que no tenía que reinar, una soberana muy comprometida e implicada con los nuevos retos que le proponía la vida. Gobernó de manera estricta durante treinta años. Le caracterizó su férrea voluntad, su sensatez y un objetivo claro: alejar a los nobles del poder, sanear las finanzas, mejorar la administración del reino y la seguridad de sus súbditos.
Todo un desafío para una mujer de su tiempo.
Nació el 22 de abril de 1451 en una entrañable localidad: Madrigal de las Altas Torres en Ávila , en un palacio hoy convertido en monasterio y murió el 26 de noviembre 1504 después de retirarse a Medina del Campo enferma y atormentada por el futuro incierto de su descendencia. Allí redactó cuidadosamente su testamento y se dejó llevar por los días con la esperanza de que su marido Fernando de Aragón recondujera una delicada situación dinástica. Fue enterrada después de un largo periplo para sortear las inclemencias del tiempo en la Capilla Real de Granada.
Televisión española ha recuperado para el gran público el recuerdo de Isabel I de Castilla, ya que en nuestra memoria colectiva parecía esfumarse. La reina, pero también la mujer han renovado su protagonismo incluso con sus adversidades: huérfana de padre a los tres años, con una madre demente y al cuidando de su hermano menor, en condiciones de austeridad nada principesca y como pelota de ping- pong en las maniobras políticas de los grandes señores de Castilla…
Para ver y aprender de su reinado y su vida familiar son recomendables en Medina del Campo las siguientes visitas:
Palacio Real Testamentario. Lugar en el que vivió, testó y murió la Reina Isabel, el 26 de noviembre de 1504, ubicado en la Plaza de la Hispanidad de Medina del Campo. Es un edificio trascendente para entender su biografía ya que era residencia real durante sus estancias en la Villa. Los restos del antiguo Palacio Real albergan el Centro de Interpretación que narran los episodios más importantes de su vida.
Medina del Campo, comprometida con su memoria, ha recuperado el antiguo edificio que formaba parte de las dependencias del Palacio Real donde la reina pasó sus últimos meses de vida.
El Palacio recibe el nombre de Testamentario por ser testigo del singular momento del dictado de la Reina del Testamento y Codicilio.
A través de las diferentes salas del Palacio el visitante irá descubriendo la vida y la personalidad de Isabel la Católica. La infancia, juventud y reinado, así como la vinculación de la reina con la villa de Medina del Campo.
Castillo de la Mota. Su construcción se finalizó en la mitad del siglo XV y es escenario de relevantes acontecimientos históricos y de hechos cruciales en la vida cotidiana de la realeza de esa época.
Iglesia Colegiata de San Antolín. Sus orígenes son de 1177, pero el templo actual se construye gracias a los Reyes Católicos, que consiguieron del Papa Sixto IV la Bula por la que se eleva a rango de Colegiata la iglesia Parroquial dedicada a San Antolín.
La ‘Ruta Teresiana en Castilla y León’
Hay personajes que es difícil encasillarlos en un apartado. Se escapan de los cánones habituales, trascienden los tiempos y hasta las expectativas que despertaron en su entorno.
Es el caso de Teresa de Cepeda Dávila y Ahumada; Santa Teresa de Ávila, una mujer vitalista, influyente, algo transgresora, versátil y aguda. Le valió su tesón y su apuesta por el cambio en organizaciones que estaban desdibujándose y alejándose de la vocación de servicio hacia el prójimo.
Como personaje no es interesante solo por su religiosidad, sino por los fenómenos místicos, la escritura, el contexto histórico, el ascendiente judeocristiano, el feminismo, la enfermedad, su afán de superación, el estilo fundacional de sus congregaciones y la gestión económica de la que se hizo cargo.
Nació el 28 de marzo de 1515, en Ávila. Descendiente de una familia de judíos conversos con un padre que se casó en segundas nupcias teniendo una docena de hijos. Y una madre que murió cuando apenas tenía 12 años. Junto a su hermano directo, inició desde muy jovencita una vida piadosa construyendo refugios en los que rezaban e intentaban llevar una vida de ermitaños. La decisión de entrar como monja de clausura y una grave enfermedad siendo muy joven–junto a la desaparición de su madre- marcaron toda su vida.
Pero su cromática personalidad y su claridad de objetivos le llevaron a marcar un antes y después en lo que atañe a las órdenes religiosas.
El V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús será el principal evento cultural y turístico de Castilla y León durante 2015.
El Año Jubilar Teresiano por los 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús se inauguró el 15 de octubre de 2014 y durará hasta el próximo mes de octubre de 2015. Durante todo el año, Ávila recibirá miles de peregrinos de todas partes del mundo donde ofrecen a los interesados abundante material documental
En España se encuentra el mayor legado arquitectónico, literario y espiritual de la obra de Santa Teresa que también encontró cabida en otras geografías del mundo
Se ha previsto también un Congreso Interuniversitario sobre Teresa del 1 al 3 de agosto de 2015 organizado por la Universidad Católica de Ávila junto a la Católica de Valencia, la Universidad San Jorge y la Francisco de Vitoria.
La Biblioteca Nacional no ha querido quedarse al margen de los acontecimientos por lo que muestra una exposición titulada “ Teresa de Jesús. La prueba de mi verdad” que se podrá visitar hasta el 31 de mayo y que muestra una treintena de obras de 22 conventos así como dos manuscritos de la santa. Se ha previsto a todo lo dicho, un documental : “Dos visiones inéditas de la figura y de la obra de la Santa”. También una miniserie; “ Teresa de Jesús :una vida de experiencia mística” .
El 500º aniversario del nacimiento de Santa Teresa, se ha celebrado el 28 de marzo. Con este motivo ha surgido la Unión de las Ciudades Teresianas bajo la denominación «Huellas de Teresa de Jesús».
Enmarcada en esta conmemoración surge la ‘Ruta Teresiana en Castilla y León’, un producto turístico especializado en cultura y religión que traspasa fronteras. La propuesta consiste en una ruta dinámica a través de los lugares en los que la santa creó fundaciones dentro de Castilla y León y que integra a su vez cuatro sub-rutas temáticas sobre su vida, las Ciudades Patrimonio, las primeras fundaciones y las ultimas moradas.
En total, nueve ciudades teresianas: Ávila, Alba de Tormes, Salamanca, Medina del Campo, Valladolid, Palencia, Burgos, Soria y Segovia. No siguen un recorrido cronológico, sino que se traza de forma circular para facilitar la planificación al viajero. De este modo, el trayecto comienza en Ávila, lugar de nacimiento de la Santa, y finaliza en Alba de Tormes (Salamanca), localidad en la que se encuentra enterrada.
‘Ruta de Vida’. Se trata de un recorrido que une Ávila y Alba de Tormes, las localidades en las que la Santa nació, el 28 de marzo de 1515, y murió, el 4 de octubre de 1582, y que tienen la primera y la octava fundación. Si bien el trayecto en coche se realiza en poco más de una hora, una ruta de peregrinación que se puede realizar también en bicicleta o a pie en varias etapas, descubriendo diversas localidades ligadas a la Santa.
Como lugares teresianos de Ávila, encontramos entre otros, la Iglesia y Convento de Santa Teresa, de estilo barroco y construido sobre la casa natal de Santa Teresa; la Iglesia de San Juan Bautista, donde recibió el bautismo; o el Monasterio de la Encarnación, donde actualmente se ubica el museo teresiano. De Alba de Tormes destacan: el Convento de la Anunciación, fundado por la Santa en 1571; el Museo Carmelitano, mayor espacio expositivo dedicado en España a Santa Teresa de Jesús; o el Convento Madres Franciscanas Terciarias, donde según relata la tradición en este convento se hospedó Santa Teresa.
‘Teresa en las Ciudades Patrimonio’. Se trata de una sub-ruta que reúne las ciudades teresianas que, además, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Segovia, Ávila y Salamanca. Además de los hechos históricos , religiosos , artísticos que conlleva esta propuesta, sin duda, es una gran oportunidad para sumergirse no solo en el abanico de arquitectura de estos tres enclaves, sino también degustar auténticas delicias gastronómicas como el cochinillo, los judiones de la Granja, el chorizo de Cantimpalos, el hornazo, las carnes de ternera de Ávila o las patatas “ meneás”.
En Segovia, el viajero encontrará lugares teresianos como el Convento de las Carmelitas Descalzas de San José, fundado por la Santa en 1574, y el Convento de los Carmelitas Descalzos, mientras que en Salamanca el viajero encontrará la Casa de Santa Teresa, donde vivió cuatro años y que le inspiró para escribir su poema ‘Vivo sin vivir en mí’; y el Convento de San Esteban, donde se encuentra el confesionario donde esta primera Doctora de la Iglesia buscaba consejo de los padres Dominicos.
‘Primeras Fundaciones’. Este tramo aglutina las localidades de Ávila, Medina del Campo y Valladolid, las tres primeras fundaciones de Santa Teresa de Jesús (1562, 1567 y 1568, respectivamente) y uno de sus principales atractivos paralelos es la riqueza vitivinícola del recorrido, como son las cinco denominaciones de origen que bañan la provincia vallisoletana: Ribera del Duero, Cigales, Rueda, Toro y Tierra de León.
Como lugar teresiano en Medina del Campo destaca el Monasterio de San José de Madres Carmelitas Descalzas, cuyas estancias originales y prácticamente intactas desde entonces son visitables –incluyendo la celda original de la santa-.
En Valladolid otros como el Convento de Santa Teresa, que mantiene la celda que ocupó y dos tesoros: el autógrafo original de su ‘Camino de Perfección’ y multitud de cartas autógrafas o el Palacio Real, donde Doña María de Mendoza la acogió.
En Medina, Teresa de Jesús funda el 15 de agosto de 1567 el mencionado convento de clausura de San José, segunda casa del Carmelo renovado y lugar significativo porque es donde se encuentra con San Juan de la Cruz.
Muy cerca el Convento Padres Carmelitas Descalzos. En la Iglesia se encuentra un gran retablo relicario y numerosas obras de arte relacionadas con San Juan de la Cruz. La capilla de San Juan, también en Medina del Campo, es la única parte del antiguo monasterio de Santa Ana, donde cantó su primera misa.
‘Últimas Moradas’. fueron los tres últimos viajes que Santa Teresa realizó para fundar los conventos de descalzas en 1580, 1581 y 1582. Entre la primera y la segunda, los viajeros encontrarán bosques de pinos silvestres y podrán acercarse a templos naturales como el embalse de la Cuerda del Pozo, el Parque Natural de la Laguna Negra o los Circos Glaciares de Urbión, mientras que cerca de la tercera descubrirán construcciones típicas palentinas, palomares y ejemplos de arquitectura románica.
Lugares teresianos de obligada visita en Soria son el Monasterio Carmelita, fundado tras acudir Santa Teresa ante la llamada del Obispo Don Alonso Velázquez, o la Iglesia del Carmen, que integra obras de interesante valor artístico. En Burgos, la Catedral, donde la Santa se postró frente al Santo Cristo, imagen que aún hoy se venera, o el Hospital de la Concepción, donde vivió con sus monjas desde el 23 de febrero hasta el 18 de marzo de 1582; y la Iglesia de San Bernardo de Palencia que, pese a no ser visitable, se erige donde previamente se ubicaba el Convento de las Carmelitas Descalzas inaugurado por la propia Santa Teresa y del que tan sólo se conserva la fachada.
Medina del Campo tiene mucho más que la memoria de estas dos mujeres que fueron claves para entender los siglos XV y XVI en estas latitudes. Hoy Medina del campo es un animado centro neurálgico que quiere mantener viva la memoria de estos personajes pero, también dar cuenta del paso acelerado del tiempo en el que vamos tejiendo otras coloridas historias.
PALACIO DE LAS SALINAS es el balneario hotel -al que después de recorrer tanta historia en Medina del Campo -ofrece al viajero 5.000 m2 de instalaciones y 80..000 de jardines para el descanso reparador, para escribir lo que los sentidos han acumulado y para contemplar desde esta atalaya privilegiada , un mágica geografía que paseó personajes tan irrepetibles como los que hemos contado . Señorial, confortable silencioso para una mirada retrospectiva del pasado y una huída hacia adelante para los tiempos que se acercan.