Claves de éxito del NYTIMES, Faro informativo global: el trasfondo de sus exclusivas en la reciente catástrofe aérea en los Alpes franceses

Por Ramón-Darío Molinary

Aunque NYT no sea «la biblia del periodismo», es cierto que sus empresas han logrado -en sus ciento sesenta y cuatro años de existencia- el más alto nivel de credibilidad del periodismo global. Creando o contribuyendo a crear escuelas de Periodismo para la formación de redactores de «otra pasta», gran parte mujeres. Porque ante todo han sabido mantener enhiesto el principio democrático lincolniano: «del pueblo para el pueblo», hecho que indiscutiblemente le ha convertido, por su enorme influencia, en un referente mundial. Ciertamente, es algo más que un periódico.

NYT

Nunca el NYT ha antepuesto los burdos intereses crematístico-políticos de sus propietarios, contrario a la «norma» hoy vigente en España. Siendo siempre proclives a dar prioridad al rigor y no al dinero. A ser pioneros en la innovación técnica; de todo tipo de vanguardias, industrial, tecnológica e informática. Y reclutando y remunerando bien a «los mejores», ya sean gestores de mercado, para la alta dirección, la administración, la redacción, columnistas, corresponsalías, su distribución dentro y fuera de EE.UU., así como para hoy facilitar la transición del papel -que mantienen con orgullo- a la era digital, casi implantada del todo.

El famoso NYT, apodado «Gray lady», como creación humana no es perfecto. Ha sido blanco de severas críticas como consecuencia de grandes errores de selección de personal que han afectado el prestigio de su cabecera. Por deslices ético-morales o plagios, por los que ha pedido perdón a sus lectores y a las instituciones. O por el relevo del editor en medio de una clara crisis de tesorería que, no obstante, no ha hecho variar su política editorial. Pocos fallos para tan larguísimo y fructífero recorrido.

Razones hay de sobra para considerarle como faro informativo. Baste citar su lema de cabecera: «Todas las noticias aptas para ser publicadas». Y remontarnos a «Los papeles del Pentágono», cuando NYT como servicio público desveló las mentiras a su pueblo del Gobierno estadounidense, sobre las implicaciones y maquinaciones de EE.UU. en Vietnam de 1945 a 1967.

De tal transparencia y cúmulo de fama vino la selección reciente del NYT, junto a las cabeceras europeas de más prestigio para vocear al mundo las filtraciones logradas por Edward Snowden; de cómo la primera potencia enfoca y realiza su intento de dominio global. Ni los diarios Washington Post, ni Boston Globe, ni International Herald Tribune (estos dos últimos del propio grupo de NYT) ni Los Angeles Times alcanzan su nivel. Y explica el porqué de que esta pasada semana el NYT haya logrado en primicia sucesivas exclusivas sobre la terrible catástrofe de un avión alemán en los Alpes franceses.