Nacho Mastretta: “Nuestra música conmueve y emociona”

Fotos Sebastián Rocotovich

MADRID – (Blogdopícaro) ― Ignacio Mastretta Rodríguez, más conocido como Nacho Mastretta, es músico, compositor y productor discográfico. Toca el clarinete y el acordeón y es el líder de la Orquesta Mastretta.

Tiene diez álbumes grabados y ya compuso diversas bandas sonoras cinematográficas, anuncios publicitarios y músicas para desfiles de moda.

En esta entrevista exclusiva realizada en Madrid, Nacho Mastretta (Barcelona, España, 1964) constata: “En tiempos de bonanza se han construido en España centros culturales fastuosos que actualmente están vacios”.

¿Sabe quién es?
―Sí. Un músico.

¿Cómo fue su infancia?
―Muy feliz. Nací en Barcelona y fui criado en Santander. Éramos una familia numerosa: tres hermanos y tres hermanas. Soy el mediano, por lo cual no tuve la atención directa de mis padres ―como mis hermanos mayores―, y así tuve mucha libertad.

¿Una infancia saludable?
―Sí. Pero con el pasar de los años, claro, te vas dando cuenta del tiempo vivido, donde la educación era franquista. Recuerdo muy bien que en el colegio hasta te hacían sangre en la cabeza. Y la música estaba destinada a las señoritas, a las alumnas. Yo era el único chico. La dictadura franquista supuso un atraso educacional y cultural brutal.

¿Cree que las secuelas del franquismo todavía están plenamente vigentes en la vida diaria de la España actual?
―Sí. No hay más que ver toda la gente que está ahora gobernando ―los herederos del franquismo― que ocupan puestos de responsabilidad.

¿Por qué es músico?
―Ese tipo de decisión tú no la tomas en un momento determinado; es consecuencia de muchos factores. Para mí la música se relaciona con otras disciplinas. El mundo tiende a especializarnos, y nosotros, al revés, tenemos que luchar para evitar eso y poder estar inspirados y cuanto más abiertos mejor. Si te cierras, pierdes.

¿Qué es música para usted?
―No me gustan las definiciones porque acotan las cosas. La música está en el centro de mi vida desde cuando era niño. ¿Cómo vas a definir todos los aspectos de tu vida?

¿De dónde saca las ideas para crear música?
―En cada etapa de tu vida la concepción que tienes de la música va cambiando. Te vas enterando de otras cosas más importantes. Actualmente estoy intentando consolidar un grupo estable de músicos ―la Orquesta Mastretta― que me motiva y me inspira para hacer música para ellos.

¿Cómo convive con la Orquesta Mastretta que fundó en 2006?
―Una convivencia plena. Se establece una relación que es de muchos años. Hemos hecho muchas cosas juntos, y eso implica muchas horas de convivencia.

¿La música le exige tiempo y soledad?
―No es imprescindible. Lo imprescindible es el compromiso personal.

¿Cómo se relaciona con la crítica?
―No existe la crítica.

¿Cómo no?
―No existe; ni la buena ni la mala. El periodismo de hoy se asemeja al pequeño inquisidor. Son los guardianes del buen gusto. Todos hablan desde el mismo punto de vista. Creo que en estos momentos existen en el mercado tres o cuatro revistas musicales. No tengo ninguna noticia de que hablen de nosotros. Si no estás dentro de los cánones que marca la moda, olvídate.

¿Y cuál es la salida para ustedes?
―Nuestra obsesión es encontrar una manera de difundir nuestra música para que la gente se entere de que existimos. Y la mejor manera que hemos encontrado es conseguir conciertos, todo el año, en sitios pequeños, donde podemos tocar y llevar nuestra música sin ningún tipo de barreras. No sonamos en ninguna radio de este país, así de claro.

¿Ni en Radio 3 de Radio Nacional de España; un oasis en el desierto musical español?
―Es que tú no sabes cómo se trata a los músicos en Radio 3. Un día fuimos allí para grabar un concierto y el responsable del sonido me dijo que iban poner seis micrófonos a la batería. Yo les dije que era imposible porque en la batería solo se ponen dos micrófonos, y nada más. Pero ellos insistían. Entonces les dije, vale: ¿quién es el responsable para hablarle de que quiero utilizar sólo dos micrófonos? Vinieron varios. Y continuaron insistiendo en que tenían que ser seis.

¿Y qué pasó después?
―Nos fuimos sin grabar el concierto. En otra ocasión, me invitaron para una entrevista en un programa de música en directo, hace más o menos cinco años. Yo encantado de que me llamaran y tener un momento de difusión de nuestro trabajo. Llegué allí a las 17:00 horas acompañado de los músicos para una pequeña actuación. Cuando eran a las 17:55 nos recibieron para cinco minutos de entrevista. Estaba delante de mí un músico que llama Jarabe de Palo. El programa era de dos horas. Él ocupó su hora y la nuestra. Nos marchamos muy enfadados. De verdad, no puedo decirte nada bueno de la radio pública. A pesar de esto, es cierto que en Radio 3 es el único lugar donde sonamos.

Durante su concierto «¡Vivan los músicos!», en Madrid, oí al público gritar, entre música y música: «Esto es música»; «Qué bueno sois»; «Qué a gusto estoy aquí»; «¡Bravo!».¿Siempre os metéis al público en el bolsillo?
―Sí. Al público le gusta nuestra música. Le sorprende. Le conmueve. Se emociona. Es por eso que estamos tan contentos: el público viene y los conciertos se resuelven felizmente. Aunque luego en la vida no sea así.

El gobierno de la Comunidad de Madrid pretende instalar el macrocasino Eurovegas. Al mismo tiempo, cierran bibliotecas, escuelas de música, instalaciones deportivas y otros servicios públicos. ¿Qué le parecen estos hechos?
―Una vergüenza. En tiempos de bonanza han construido centros culturales fastuosos con unas dotaciones espectaculares que actualmente no tienen programación y están vacíos.

¿Cerrar bibliotecas es cómo parir analfabetos?
―Analfabetos embrutecidos. Gente más insolidaria y más violenta. No es nada saludable para un país crear gente así. El país debería ser una gran indignación porque están recortando en todo. Están recortando las pensiones. Están recortando las libertades. Están recortando en Salud. Están recortando en Educación. Están recortando en Cultura.

“La cultura es beneficiosa económicamente”, ha dicho Manuel Borja-Villel, actual director del Museo de Arte Reina Sofía de Madrid. ¿Está de acuerdo?
―Sí, por supuesto. Ahora, ya que tú hablas del Museo Reina Sofía, te cuento que yo estuve trabajando en su Departamento de Educación con la bailarina Patrizia Ruiz. Creamos un espectáculo infantil precioso. Íbamos enseñando a los niños diferentes cuadros con la espectacularidad de la danza y la música. No obstante, nos obligaron a hacernos autónomos porque no querían darnos de alta en la Seguridad Social. Eso nos costaba más de doscientos euros a cada uno al mes. El primer sueldo del curso cobramos en agosto. No tenían el dinero para financiar la actividad. Los propios artistas que estábamos haciendo la actividad para los niños teníamos que financiarla.  Así es como era, y así es como funciona el Museo Reina Sofía. Una cosa desastrosa. Y mira que el Patronato del museo es el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

¡Qué sorpresa!
―Parece que a lo largo de la entrevista estoy quejándome todo el rato. Pero no. Lo que pasa es que me enfrento a eso con lo que hago. No soy una persona quejica.

En una manifestación en Madrid contra la subida del IVA al 21% encontré esta pancarta: “Rajoy: atacar a la cultura será tu sepultura”. ¿Y entonces?
―Lo trágico es que una ley así salga adelante y sea aprobada con aplausos en el Congreso.

Recientemente el Ayuntamiento de Madrid colocó en marcha la denominada “Prueba de idoneidad” para los músicos que quieren tocar en las calles de la ciudad. ¿Qué le parece este casting?
―Un despropósito. Pertenezco a una asociación de músicos que tocan en la calle. Me encanta tocar en las calles; de cualquier ciudad. Lo único que se puede imponer en este tipo de cuestiones es el sentido común. La actividad musical en las calles es una riqueza para el país. ¿Cuál es el problema? Buscan una normativa que es imposible de aplicar porque es poner puertas al campo. No se puede aplicar el mismo parámetro para todos.

¿Cree  que este casting para músicos callejeros lo aprueba?
―(risas) Vete tu a saber. Ahora, cuando estás en la calle, ves cómo el público respeta la música y la atención que le presta. Sobre todo ves la atracción que tiene la música. Y a los niños la música les resulta particularmente atractiva: siempre te escuchan y te miran. Incluso algunas veces ves las mamás sacándoles del ambiente, y el niño queriendo quedarse escuchándote. Ellos son los que más atención prestan a la música y a los que más curiosidad les despierta. Ya he tocado mucho en la calle y sé del qué te hablo.

El Papa Francisco dijo: «Un joven que no protesta no me agrada».
―Es curiosa y sensata esta frase. Lo que no puede ser es una juventud obediente como la que estamos acostumbrados a ver ahora. Protestan por cauces ya asimilados por la industria. Las marcas de ropas. Las actitudes superficiales. Cuando eres adolescente tienes que pelear. ¿Vas a esperar a tener 50 años cuándo la rebeldía ya ha pasado para protestar?

Además, Francisco también dijo: “La corte es la lepra del Papado”.
―Soy muy escéptico con eso. Mira el hambre que hay en el mundo, y el dineral que hay en el Vaticano. ¿Dónde quieren llegar con todo eso?

¿Cuáles son las cosas de la vida que le interesa?
―El amor; en el sentido más amplio de la palabra.

¿Cuánto tiempo habla consigo mismo diariamente?
―Mucho. Antes de hacer alguna cosa reflexiono mucho para poder avanzar en la música.

¿Qué se preguntaría a sí mismo?
― ¿De dónde va a salir el impulso que me llene de expectativas para lo que voy a hacer después?

 

Entrevista publicada en la revista El Siglo de Europa
Y en el Blogdopícaro