El Museo Guggenheim Bilbao acogerá la muestra ‘De Van Gogh a Picasso. El legado Thannhauser’

Antón Alonso Suárez

  • El Museo Guggenheim Bilbao acogerá del próximo 21 de septiembre al 24 de marzo de 2019 la muestra ‘De Van Gogh a Picasso. El legado Thannhauser’, comisariada por Megan Fontanella y procedente de la Colección Thannhauser de la Solomon R. Guggenheim Foundation.

El legado Thannhauser presenta casi cincuenta obras de grandes figuras del Impresionismo y del Posimpresionismo, así como de los primeros maestros modernos como Paul Cézanne, Edgar Degas, Édouard Manet, Pablo Picasso y Vincent van Gogh.

Van Gogh, Montañas de Saint-Remy (Montagnes à Saint-Rémy), Saint-Rémy-de-Provence, 889, Óleo sobre lienzo

La exposición permitirá ver por primera vez fuera de Nueva York la mayoría de las obras de la célebre Colección Thannhauser, donada hace más de 50 años a la Solomon R. Guggenheim Foundation. Esta Colección es un conjunto de obras de arte de los siglos XIX y comienzos del XX que fueron legadas a la Solomon R. Guggenheim Foundation por Justin K. y Hilde Thannhauser. Justin K. Thannhauser era el hijo del marchante de arte judío alemán Heinrich Thannhauser, quien fundó la Moderne Galerie en Múnich en 1909.

Desde muy temprana edad, Justin trabajó con su padre en la floreciente galería, ayudándole a elaborar un versátil programa de exposiciones dedicadas a artistas impresionistas y posimpresionistas franceses y dedicando muestras a autores contemporáneos alemanes con regularidad.

Por ejemplo, la Moderne Galerie presentó las exposiciones más importantes de la Nueva Asociación de Artistas de Múnich (Neue Künstlervereinigung München, NKVM) y del Jinete Azul (Der Blaue Reiter). Ambas incluían a Vasily Kandinsky en 1909 y 1911, respectivamente.

Los Thannhauser también organizaron en 1913 una de las retrospectivas más importantes de Pablo Picasso, dando inicio así a una estrecha relación entre Justin K. Thannhauser y Pablo Picasso que duraría hasta la muerte del artista en 1973.

Hombre de negocios ambicioso, Justin K. Thannhauser abrió una segunda galería en Lucerna en 1919 con su primo, Siegfried Rosengart. Ocho años más tarde, las exitosas galerías Thannhauser trasladaron su sede de Múnich a Berlín, el bullicioso epicentro del arte. Allí, el marchante organizó exposiciones de artistas como Paul Gauguin, Henri Matisse o Claude Monet.

Sin embargo, durante la siguiente década, las operaciones comerciales se vieron dificultadas por el ascenso al poder de un gobierno nazi inclinado a eliminar el «arte degenerado» de la vanguardia. La galería Thannhauser de Berlín cerró sus puertas en 1937 poco después de que Justin K. Thannhauser y su familia emigraran a París. Finalmente, se trasladó a Nueva York en 1940, donde se estableció como marchante privado de arte.

El compromiso de los Thannhauser hacia el fomento de la innovación artística discurría en paralelo a la visión de Solomon R. Guggenheim. Como manera de reconocer este espíritu que compartían, Justin K. Thannhauser donó a la Solomon R. Guggenheim Foundation –que posee y dirige el museo homónimo en Nueva York– una parte significativa de su colección de arte, que incluía más de 30 picassos.

Desde 1965 se han podido ver en el Guggenheim de Nueva York selecciones de esta Colección Thannhauser. La donación de diez obras más recibidas tras el fallecimiento de Hilde Thannhauser, segunda esposa y viuda de Justin, en 1991, amplió los fondos del Guggenheim, realzando el legado de esta familia de importantes marchantes de arte.

Esta presentación histórica de la Colección Thannhauser en el Museo Guggenheim Bilbao no solo recorrerá el desarrollo del arte moderno a finales del siglo XIX y principios del XX, sino que pondrá de relieve el «inquebrantable apoyo hacia el arte experimental de la familia Thannhauser«, han destacado desde la Fundación BBVA.

  • PICASSO

La muestra dedica una sala del museo bilbaíno a Pablo Picasso, quien en 1900 llegó a la ciudad de París, el centro internacional del mundo del arte, para la Feria Mundial.

Le Moulin de la Galette (1900), la pintura más importante que ejecutó en sus dos meses de estancia, refleja la fascinación del joven Picasso por la decadencia y glamour chabacano de la vida nocturna parisina. Su estilo rápidamente evoluciona desde un mayor naturalismo a su melancólico período azul, seguido del período rosa, antes de que Picasso, junto con Georges Braque, desarrolle las formas facetadas y los espacios aplanados propios del Cubismo.

Picasso, Le Moulin de la Galette, París, noviembre de 1900. Óleo sobre lienzo. 89,7 × 116,8 cm.

Este movimiento artístico se despliega en los cruciales años de 1907 a 1914 y está considerado como uno de los más innovadores e influyentes estilos artísticos del siglo XX. Ya en la década de 1930, con un Picasso consagrado cuya práctica artística continúa evolucionando, los coleccionistas por lo general tenían pocas alternativas y debían acudir a los marchantes o al mercado secundario para adquirir sus obras.

El coleccionista y marchante Justin K. Thannhauser, sin embargo, tenía una sólida relación personal con el pintor, que había comenzado pronto en las carreras de ambos hombres cuando en febrero de 1913 la galería de la familia Thannhauser de Múnich organizó la primera gran exposición de Picasso en Alemania.

Más de 30 de sus obras _que abarcan 65 años de creación_ ingresaron en la colección de la Fundación Guggenheim en 1978 y 1991, gracias a las donaciones de Justin K. y Hilde Thannhauser, respectivamente. Entre las obras destacadas de la Colección Thannhauser se hallan ‘Fernande con mantilla negra’ (Fernande à la mantille noire, 1905-06) y ‘La mujer del pelo amarillo’ (Femme aux cheveux jaunes, 1931). El tema de la primera es Fernande Olivier (de soltera, Amélie Lang), la amante de Picasso a quien había conocido en 1904.

Picasso, ‘La mujer del pelo amarillo’ (Femme aux cheveux jaunes, 1931)

El artista creó más de sesenta obras protagonizadas por Olivier antes de la separación de la pareja en 1912. Aquí Picasso representa a una enigmática Olivier tocada con una mantilla tradicional. ‘La mujer dormida’ en el lienzo de 1931 es otra de sus compañeras, Marie-Thérèse Walter, quien no solo se convirtió en tema recurrente en la obra de Picasso de la década de 1930 _mientras vivía con él_, sino que la representa en un momento de grácil sueño o reposo que, para el artista, era la representación más íntima.

Comisaria: Megan Fontanella