“Quiero convertir mi vida en una obra de arte e inventar un lenguaje para contarla”, Anaïs Nin.
Por Jairo Máximo
Madrid, España – (Blog do Pícaro) – La novela gráfica Anaïs Nin en un mar de mentiras, de Léonie Bischoff, está inspirada en la vida de la escritora Anaïs Nin y basada en la obra Henry y June, dedicada al triangulo amoroso que mantuvo con el escritor Henry Miller y su esposa June.
Anaïs Nin en un mar de mentiras sintetiza con bellas imágenes y selectas palabras el complejo universo personal y literario de la protagonista.
“Siempre recurriré a la magia y al misterio para expresar lo que siento”.
“La escritura es lo que me permite vivir”.
“Cuando no escribo siento que mi mundo se encoge, siento que estoy en prisión”.
“Nunca he dejado de escribir”.
“Sueño seriamente con comprar una imprenta para poder publicar a los autores que me gustan y que no encuentran editor”.
“Al final he financiado la publicación de mi primer Diario 1931-1934”.
“La vida sola no puede satisfacer la imaginación”.
“Todos los hombres a los que he dado a leer mis textos han intentado cambiar mi escritura. Escribir como un hombre no me interesa. Quiero escribir como una mujer. Tengo que sumergirme lejos de la orilla para encontrar las palabras… en un mar de mentiras”.
Mujer transgresora. Para aquellos que no conozcan la vida y la obra de la sensual, valiente y talentosa Anaïs Nin, la novela gráfica Anaïs Nin en un mar de mentiras (Garbuix Books, 2021) sirve como una didáctica carta de presentación para conocer algunos pasajes reales de su vida aderezados con fragmentos de sus diarios. En sus 220 páginas nos sumergimos en el período en el cual la artista Anaïs Nin residía en París en los años 30 del siglo pasado. Retrata con precisión diversas personas que marcaron su vida.
Hugh Parker Guiler, su primer marido. “Seguiré teniendo dos diarios. El “falso”, en el que escribo lo que le presento a Hugo con fantasías, una válvula de escape para mi imaginación tan fecunda… Aunque no dejaré que lo lea. Y el “verdadero”, del que leeré fragmentos como hasta ahora, y que mantiene mi idea de pureza, aunque deje aparecer en él algunos de mis cuestionamientos”.
Henry Miller, su amigo y amante. “Es un artista, sin duda. Sensible y curioso. Feliz, también. (…) Es fuerte. Natural. Intenso. (…) Quiero ayudarle. Creo que su trabajo es importante. (…) Tres días con Henry. Tres días de felicidad, al margen del tiempo. Nuestras palabras y nuestros cuerpos se mezclan, se confrontan, se nutren el uno del otro”.
Joaquín Nin, su padre, con quien mantuvo una relación incestuosa.“Habría querido terminar mi diario sin la confesión de un amor prohibido. Por lo menos, quería que mi amor incestuoso quedara sin escribir. Había prometido a mi padre el más absoluto secreto, pero una noche… me sentí ahogada… Y no podría eliminar mi diario cuando alcanzaba el clímax de mi vida, en el preciso momento en el que más lo necesitaba para conservar mi sinceridad, por grande que fuera mi crimen”.
June Miller (1902-1979), su amiga, amante y segunda esposa de Henry Miller.
La obra literaria Henry y June (1986), en la cual Léonie Bischoff basó su novela gráfica Anaïs Nin en un mar de mentiras, igualmente sirvió para que el cineasta estadounidense Philip Kaufman realizara la película Henry y June (1990), con relatos autobiográficos de ambos escritores: Anaïs Nin (1903-1977) y Henry Miller (1891-1980). Sorprendentemente, en Estados Unidos, aquél film obtuvo la calificación “X”, reafirmando así que la controversia y el escándalo, antes y después de la muerte de ambos creadores, fueron una constante. En Europa la película se estrenó sin controversias.
Artista desde la cuna. La franco-estadounidense Anaïs Nin, bautizada como Ángela Anaïs Juana Antolina Rosa Edelmira Nin-Culmell, nació el 21 de febrero de 1903 en Neuilly-sur-Seine, Francia, y murió el 14 de enero de 1977 en Los Ángeles, Estados Unidos.
“Mi madre Rosa Culmell-Nin, danesa y cubana, era cantante, y mi padre Joaquín Nin, español y cubano, era pianista y compositor. Yo he crecido entre Francia y Nueva York… He tenido que inventarme mi propia lengua”, decía Anaïs Nin. Durante su infancia ella vivió en Barcelona hasta 1914 cuando se trasladó a Nueva York. Con solo once años empezó a escribir, en el transatlántico que llevaba a su madre, sus hermanos y a ella a América. “Era como un relato o larga carta dirigida a mi padre”, confesó. A finales de los años 20 regresó a Europa y se instaló en París, donde empezó su ascendente carrera literaria con un libro sobre el escritor D.H. Lawrence. Entre su círculo de amistades se encontraban Antonin Artaud, Otto Frank, Salvador Dalí, Edmund Wilson, Lawrence Durrell, entre otros. En 1940, regresó a Norteamérica, y pasó a dedicarse por completo a la carrera literaria. En sus escritos utilizó el simbolismo, el surrealismo y el psicoanálisis como hilo conductor de su producción literaria. Su obra Diarios de Anais Nin, escritos sobre su vida y su tiempo, consta de VII volúmenes, que empiezan en 1931 y concluyen en 1974, fueron publicados sin censura por primera vez en 1966 y están considerados como un monumento literario único. Para la escritora era su “principal” obra.
“El diario me ha hecho desconfiar terriblemente de la memoria. La memoria es una gran traidora. Siempre que lo leo comprendo que difiere de la forma en que recuerdo las escenas y la conversación”.
Anaïs Nin, que también fue actriz de cine y modelo fotográfico, tuvo un gran éxito literario en vida. Recibió diversos reconocimientos públicos como un doctorado honoris causa del Philadelphia College of Art. Los manuscritos originales de sus diarios, que constan de 35 000 páginas, se encuentran actualmente en el Departamento de Colecciones Especiales de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles). En 1937, Henry Miller llegó a afirmar que este diario “ocupará un lugar al lado de las revelaciones de San Agustín, Petronio, Abelardo, Rousseau y Proust”. Muchos críticos literarios consideran Anaïs Nin como uno de los más notables escritores de literatura erótica femenina. Las obras Delta de Venus y Pájaros de Fuego son una referencia del género.
“El papel del escritor no consiste en decir lo que todos podemos decir, sino lo que somos incapaces de decir”, apuntaba la escritora.
Revelación en primera persona. “Este diario es mi kif, mi hachís, mi opio. Mi droga y mi vicio. En lugar de escribir una novela me tiendo con una pluma y este cuaderno, sueño, me dejo llevar por los reflejos rotos… Necesito volver a vivir mi vida en el sueño. El sueño es mi verdadera vida. Veo en los ecos que me devuelve las únicas transfiguraciones que conservan lo maravilloso en toda su pureza. Fuera, toda magia se pierde. Fuera, la vida revela sus imperfecciones, la simplicidad se transforma en moho… Es necesario fundir todo lo material en el crisol de mi vicio, pues de lo contrario el moho de la vida reduciría la velocidad de mi ritmo hasta convertirlo en un sollozo”.
Léonie Bischoff (1981, Ginebra, Suiza) es dibujante e ilustradora. En la solapa de Anaïs Nin en un mar de mentiras, que ha sido galardonada con el Premio del Público del Festival Internacional de la Bande Dessinée de Angulema, el festival de cómic más importante de Europa, Léonie Bischoff escribe: “Varias veces desarraigada, Anaïs Nin ha crecido entre dos continentes y tres lenguas, y se esfuerza por encontrar su lugar en una sociedad que relega a las mujeres a roles secundarios. Quiere ser escritora y se inventa, desde la infancia, una escapatoria: su diario. Es su droga, su compañero, su doble, aquello que le permite analizar la complejidad de sus sentimientos y la riqueza de su sensualidad”. ●