“Si volviera a nacer solo coleccionaría amores, fantasías, emociones y alegrías” (Lina Bo Bardi, arquitecta ítalo-brasileña)
Por Jairo Máximo
Madrid, España – (Blog do Pícaro) – Cuando cursaba estudios universitarios en Brasil, en la los años setenta, dos nombres propios eran reverenciados por la comunidad estudiantil: los emigrantes Lina Bo Bardi y Pietro Maria Bardi.
Aquellos que estudiaban Arquitectura, Ingeniería o Matemáticas tenían como musa a la arquitecta italo-brasileña Lina Bo Bardi. Predecían que ella iba a ocupar un lugar en la Historia de la arquitectura y del arte contemporáneo brasileño.
“Soy extranjera en cualquier parte. Es muy bueno no ser presa de nada. La libertad es muy importante”, decía ella.
Sus obras −la Casa de Vidrio, el edificio del MASP (Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand), el Sesc (Centro Cultural Pompéia), el Teatro Oficina de São Paulo, elegido como el mejor del mundo (en plan arquitectónico) por el diario The Guardian, la restauración del centro histórico de Salvador de Bahía, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985, la escenografía y vestuario para la obra teatral Ubu. Folias Physicas, Pataphysicas e Musicaes, de Alfred Jarry, a cargo del grupo brasileño Ornitorrinco, en 1985 −, eran una referencia de modernidad para una generación ávida de lo nuevo y práctico.
A Casa de Vidro es la primera obra de Lina en Brasil. Está situada en una pendiente y totalmente integrada en una exuberante vegetación. Fue edificada entre los años 1949-1951, en la zona rural de São Paulo, antes de que el entorno fuera devorado por la metrópoli. Es objeto de estudio para arquitectos del todo el mundo. Hoy en día es la sede del emblemático Instituto Bo Bardi.
Simbiosis transatlántica
En contrapartida, aquellos que estudiaban Periodismo, Bellas Artes e Historia del Arte tenían como musa al italo-brasileño Pietro Maria Bardi –periodista, coleccionista de arte, escritor y cofundador del MASP. También vaticinaban que él iba a ocupar un lugar en la Historia del arte y periodismo brasileño.
“No soy un artista. Ser artista es hacer arte todo el día y si es posible toda la noche”, me dijo él un día. “Tengo la virtud de un conocedor del Arte”, sintetizó.
Moraleja: los italo-brasileños Lina Bo Bardi y Pietro Maria Bardi eran amantes. Una pareja afectiva y profesional. Ambos formaban parte de la gran ola migratoria europea de postguerra que llegó a Brasil en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado.
Él, cofundador del MASP, el más importante museo de América Latina. Ella, cofundadora y arquitecta del edificio del MASP, ubicado en la aristocrática, moderna e imponente avenida Paulista de São Paulo, la más importante arteria económica latinoamericana. ¡Bingo! Los emigrantes suman…
El museo fue construido entre los años 1957-1968. Es uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura brasileña. Así lo ve el fotógrafo Leonardo Finotti.
El edificio del MASP, sostenido por cuatro pilares y cuatro vigas de hormigón pretensado, extensas plantas diáfanas y abundante iluminación natural, traduce plásticamente la singularidad de un museo construido para ser el mejor y el más osado de América. Fue inaugurado oficialmente el 8 de noviembre de 1968 con la presencia de la reina Isabel II de Inglaterra.
Este año, 2018, el MASP cumple 50 años bien vividos.
En 1992, antes de morir Lina Bo Bardi dijo: “Mirando el pasado y el presente de la avenida Paulista cada uno hizo lo que tenía la gana de hacer y hoy la avenida no tiene memoria”.
De Brasil a España
Las exposiciones que la Fundación Juan March en Madrid, exhiben siempre ilusionan.
En estos momentos podemos contemplar la amplia exposición denominada Lina Bo Bardi: tupí or not tupí. Brasil, 1946-1992 que la institución dedica a la artista ítalo-brasileña. En ella constatamos la enorme huella que la musa generacional de la arquitectura brasileña dejó para las futuras generaciones sin fronteras.
“Las 348 obras de la exposición invitan a descubrir las analogías de la obra de Lina Bo Bardi con la antropofagia de los años veinte y el tropicalismo de los años sesenta. Dibujos, pinturas, fotografías, objetos, esculturas, documentos y piezas de artesanía, no solo de Lina Bo Bardi sino también de artistas internacionales como Max Bill, Alexander Calder o Saul Steinberg, de artistas brasileños como Cícero Dias, Lygia Pape, Lygia Clark, Hélio Oiticica y de artistas populares y no eruditos, así como arte indígena. (….) Con dinamismo multifacético –como arquitecta, museógrafa, diseñadora, escritora y activista cultural- hizo rotar el eje de las complejas relaciones entre la modernidad y la tradición, entre la creación de vanguardia y las costumbres populares, entre la individualidad del artista moderno y el trabajo colectivo del pueblo”, se puede leer en el texto de presentación de la exposición, que contó con la colaboración y el apoyo del Instituto Bardi/Casa de Vidrio.
La magnífica exposición dedicada a Lina Bo Bardi es la primera que se celebra en España, y una de las primeras que no se limita a su faceta de arquitecta. Se complementa con conciertos musicales, coloquio, ciclos de conferencia, talleres educativos dirigidos a centros escolares alrededor de Gran vaca mecánica (1988), artefacto diseñado por Lina, pensado para inspirar el juego y la participación, que ha sido reconstruido en Madrid.
Durante la visita a la exposición se puede asistir, en sesión continua, a una selección de materiales audiovisuales que muestran testimonios recogidos de personas que trataron a Lina, además de documentales del arquitecto chileno Felipe de Ferrari sobre las obras de la arquitecta.
Lina Bo Bardi: tupí or not tupí. Brasil, 1946-1992 es una lúcida inmersión en la cultura de Brasil entre 1946 y 1992. Refleja la simbiosis de la arquitecta con la tradición y la modernidad. El cosmopolitismo y lo popular. La vanguardia tecnológica y la artesanal. La ciudad y la naturaleza. La arquitectura y el arte.
De Italia a Brasil
Nacida como Achillina Bo, en Italia, Lina Bo Bardi (Roma, 1914 – São Paulo, 1992), se graduó en arquitectura en la Universidad La Sapienza de Roma en los años treinta. Llegó a Brasil en 1946 junto a su marido, Pietro Maria Bardi, e inmediatamente quedó enamorada del país. En 1951 obtuvo la nacionalidad brasileña. Vivió en Río de Janeiro, Salvador y, principalmente en São Paulo.
Mujer multifacética, Lina Bo Bardi, además de venerada arquitecta “ecológica” y activista cultural, también fue directora de revistas, diseñadora de exteriores, muebles y joyas, editora, comisaria de exposiciones, ilustradora, pintora, coleccionista de arte y de objetos de artesanía, especialmente los relacionados con el circo, el teatro, el carnaval y el juego.
“Hay un sabor de victoria y encanto en el hecho de ser sencillo. No es preciso mucho para ser mucho”, manifestaba la arquitecta.
Desde su fallecimiento en 1992 la artista se ha convertido en una figura de referencia internacional, cuyo conocimiento ha contribuido a difundir las exposiciones celebradas desde 1992 y a partir de 2014, centenario de su nacimiento, en torno a su obra. “Sus ideas e iniciativas siguen vigentes en el nuevo siglo, en que muchos de los retos a los que se enfrentó aún siguen vivos”, sintetiza el texto de presentación de la exposición que se exhibe en Madrid.
Tras hacerse brasileña, escribió: “Cuando nacemos no elegimos nada, nacemos por casualidad. No he nacido aquí, he elegido este lugar para vivir. Por este motivo Brasil es dos veces mi país, es mi “Patria de Elección”, y me siento ciudadana de todas las ciudades, de Cariri al Triángulo Minero, de las ciudad del interior y a las de frontera”.
Gracias por todo Lina Bo Bardi. De Madrid al cielo. ●
*Tupiniquim: Propio de Brasil; brasileño.