Halloween, el comienzo de la campaña electoral

Desgraciadamente no es ninguna broma de mal gusto. Este año, Halloween coincide con el inicio de la campaña electoral. ¿Doble sesión de cine de terror ? Más que noche de horror, lo llamaría noche bochornosa para nuestros políticos, cuando uno piensa en los millones gastados para esta cuarta elección en cuatro años. Según las cifras que dio en su momento el Ministerio del Interior, las últimas elecciones generales del 28 de abril costaron casi 139 millones de euros, 130 millones en junio de 2016, y prácticamente lo mismo el 20 de diciembre de 2015.

Así, los españoles -y residentes en España- nos gastamos 12,6 millones de euros para gastos logísticos (difusión, papeletas); más de 55 millones para las administraciones públicas, principalmente para la policía y la oficina del censo electoral; 48 millones de euros para Correos y 12,8 millones de euros para la difusión de propaganda electoral en los medios de comunicación.

Esas nuevas elecciones obligarán al gobierno a aprobar una extensión de crédito para poder pagar los gastos del mecanismo electoral, con un presupuesto inicial de casi 140 millones de euros. Por lo tanto, nos habremos gastado la nada desdeñable cifra de 540 millones de euros entre 2015 y 2019 para las cuatro elecciones generales.

Pero no es todo. A esto se suman las subvenciones a los partidos políticos para gastos electorales, unos 45 millones en 2016. La única buena noticia es que, en esta ocasión, esta cifra se reduce a la mitad. Por último, y es difícil cuantificarlo, la repetición ad vitam eternam de estas elecciones no es buena para la economía del país, que funciona al ralentí y ve disminuidas sus inversiones tanto internas como externas.

No nos queda otra que esperar que los políticos españoles actúen por fin como “Hombres de Estado” al servicio de la Nación española y no de sus propios intereses, y finalmente tomen ejemplo de otros países como Francia o Alemania, donde el sistema electoral a dos vueltas facilita la formación de un gobierno. De lo contrario, España podría seguir el camino de Italia, que ha vivido nada menos que 70 gobiernos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Agatha Christie lo tenía muy claro : una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos…