Uruguay recorre España…. en un “Smart–bus”

Sully Fuentes desde MADRID.

Uruguay aunque pequeño, casi diminuto, comparado con la extensión territorial de otros países, “no para” de buscar enlaces más allá de sus fronteras, especialmente entre turismo y tecnología o de sorprender con sus innovaciones en diferentes campos de la educación, la ciencia o el ámbito social.

 

Ahora recorre ESPAÑA para atraer con sus paisajes, su patrimonio natural y su cultura heredada de la Europa de la que sigue añorando. Lo hará en distintas comunidades españolas en un autobús equipado con las últimas tecnologías. El itinerario bajo el lema Uruguay + Cerca se ha iniciado en la Puerta del Sol de Madrid y luego seguirá por BARCELONA, VALENCIA, LA RIOJA, PAIS VASCO, ARAGÓN, GALICIA, etc., cautivando con rincones increíbles y retrospectivas de pueblos que aún esconden secretos del pasaje de Portugal , España , Italia ,Suiza entre otros, por tierras rioplatenses.

 

Cuando los colectivos de inmigrantes vieron allí, salir el sol, mientras a Europa la cubrían nubarrones que no le dejaban ver con claridad el futuro, Uruguay fue generoso y acogió ( y lo sigue haciendo hoy) con los brazos abiertos a todo el que llegaba sin preguntar: ¿ por qué, ni cuánto dinero traen , ni por cuánto tiempo han venido a este rinconcito?. Los acogieron con cariño, respeto y solidaridad. A todos los que llegaban de España sin saber de qué región, ciudad, o aldea llegaban… les apodaron “gallegos”. Y estos inmigrantes -que han legado buena parte de su cultura, sus valores y sus estrategias para emprender negocios que resisten hasta el día de hoy, se adaptaron a vivir en esa “cuña fértil” entre dos colosos como son Argentina y Brasil.
Lo que Europa, en su momento, fue dejando en el sur del continente americano allí está… a buen recaudo. Pero, insistiendo en la presencia de Uruguay en el Viejo Continente hace unos meses aquello de que “Uruguay también existe” además de lo que se conoce por el fútbol, se pudo apreciar en LONDRES. Cada persona que se montase en unos TAXIS especiales, que se identificaban por paisajes naturales y llenos de encanto, los acercarían al continente americano, precisamente a URUGUAY. Y fueron muchos británicos y extranjeros que se aprovecharon de esa sorprendente propuesta para conocer esos destinos soleados, tan lejanos. La factura al pagar, incluso, les agregaba información sobre su pasaje “en los dos países: el del norte y el del sur “. Ésta fue una iniciativa con gran éxito que logró el Ministerio de Turismo y Deportes uruguayo con Air EUROPA.

 

Debemos reconocer que este país además de haberse reconocido a mediados del siglo XX como la “Suiza de AMÉRICA” ha seguido trabajando silenciosamente, sin presumir obteniendo actualmente algunos parámetros interesantes que lo ponen en la mira de muchos medios de comunicación y de colectivos especialmente sensibilizados por la “calidad de vida”.

 

Los que están buscando un lugar de residencia para “sus años de oro”, o los que estiman que es un buen “ escenario para invertir “ porque encuentran una bondadosa naturaleza , gente afable y muy destacada culturalmente así como la reconocida trayectoria democrática , basada en una sólida plataforma de los Derechos Humanos lo ELIGEN …porque este destino es apto tanto para visitar como para residir en él.

 

Sus playas- tanto las que se extienden a orillas del Río de la Plata, Río Uruguay como las que ofrecen sus encantos mirando al Océano Atlántico- son el atractivo de múltiples grupos turísticos. No en vano los grandes cruceros de noviembre a mayo hacen un alto en el trayecto marítimo para dejarles disfrutar de algunos puntos irrepetibles en otras latitudes. En el interior del país sus “estancias (haciendas) gauchas”, con grandes extensiones de campo y sus excelentes carnes vacunas u ovinas preparan a los visitantes a compartir “el ritual del asado y el mate” con los propios “estancieros y su familia en unas jornadas entrañables.
Los dejamos imaginar que hay más allá de las imágenes que encierra este autobús de alta tecnología. No se decepcionaran por dedicar doce horas para amanecer en la otra orilla del ATLÁNTICO.