Llega el momento del G20 en Hamburgo

Por Zhang Jun (Fuente: Diario del Pueblo)

La Cumbre de Líderes del G20 de este año se celebrará en Hamburgo. En el 2016 se reunieron en Hangzhou, China, lográndose pioneros resultados en muchos sectores como la innovación, reforma estructural, desarrollo, negocio e inversión, entre otros. Desde entonces, el mundo presta mucha atención sobre el cómo aplicar dichos resultados y cómo contribuir al crecimiento económico mundial a un nivel más alto, sostenible, equilibrio y inclusivo.

En la actualidad, el crecimiento de la aconomía mundial se fortalece. Tanto los países desarrollados como los países emergentes, en términos generales, tienden a desarrollar sus economías. Se puede decir que tenemos la mejor situación económica posible desde la crisis financiera mundial. Sin embargo, el resurgir del crecimiento económico del orbe es aún muy frágil. Además, existen factores muy serios como el creciente proteccionismo comercial y la tendencia antiglobalización que imprimen cierta incertidumbre a la recuperación.

En realidad, el G20 también enfrenta a graves desafíos: sus miembros tienen agudas divisiones políticas que dificulta las coordinaciones. También varía mucho el avance en la implementación del compromiso colectivo, asumiendo los hechos como la credibilidad puesta a prueba. Necesitan mejorar sus propios mecanismos para aclarar la dirección futura de sus pasos.

En la actualidad, el G20 sigue siendo la mejor plataforma por la que los cuerpos económicos cooperen, por ello es por lo que el G20 debería respetar su esencial propósito, desplegando un espíritu de colaboración que permita trabajar juntos –superando escollos- con el fin de entronizar la economía mundial dentro de la senda del crecimiento estable.

La globalización económica es un producto del desarrollo histórico, que promueve eficazmente el crecimiento económico, el progreso social y el contacto pueblo a pueblo. Si hemos disfrutado y disfrutamos de la conveniencia y beneficios de la globalización económica, no debemos tomar las dificultades y desafíos temporales como una excusa para negarla. En la situación actual de recesión que experimenta el comercio y la inversión, el sentimiento antiglobalización crece. Sin embargo, el G20 debe seguir promoviendo la construcción de una economía mundial abierta, oponiéndose al proteccionismo e impulsando la facilitación del comercio y la inversión, defendiéndolos como el motor del crecimiento económico.

Por otra parte, el G20 debe seguir dirigiendo la ruta del desarrollo vinculada a la innovación y a la administración. No fue fácil conseguir el crecimiento actual de la economía mundial. Debido a ello, los países deben aprovechar el potencial de crecimiento que encierra la innovación y promover el desarrollo en profundidad de la nueva revolución industrial y la economía digital, fortaleciendo el vigor, sostenibilidad, equilibrio e inclusividad de la economía mundial.

Como un mecanismo en que las economías desarrolladas y las economías emergentes pueden dialogar y discutir con igualdad, el G20 reviste gran importancia para el mundo. Desde su primera cumbre, el G20 siempre ha contribuído con su sabiduría y fuerza a enrutar por buen camino a la economía mundial. Sobre todo, cabe destacar la fructífera Cumbre del G20 en Hangzhou, evento en que China ofreció sus bienes públicos –de manera más centralizada- para promover la gestión económica mundial, lo que inspiró e inspira la confianza de los demás países. Hoy, la hora de Hamburgo ha llegado. ¿Qué resultará? Ya veremos…

(El autor es director del Departamento de Economía Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores de China)