Al parecer su brújula ha rotado al centro, acercándose cada vez más a la derecha. Concuerda con la realidad que citó en El Comercio, cuando aceptó que el proceso de globalización descansa sobre una adhesión cuasi universal del libre mercado.
Si rememoramos a Humala en la primera vuelta, para consolidar su triunfo en las urnas aceptó los consejos del asesor Favre, vinculado a Lula, quien cambió totalmente su imagen, pero su gabinete incluyó miembros de izquierda.
Tras la primera protesta antiminera y algunos escándalos protagonizados por miembros de su partido, optó por dar un viraje violento que significó una renovación del Ejecutivo. Aunque eligió a Oscar Valdez, un ex compañero de armas, como canciller, decisión que fue calificada como el inicio de la militarización de un gobierno que no se define políticamente. Pero sigue la ruta trazada en la segunda vuelta, respeta la democracia y las políticas del mercado que impulsan el crecimiento peruano.
El sabe que no podrá consolidar su programa de inclusión social, si antes no genera riqueza y apoya a los inversionistas. Perú no es Venezuela, que vende petróleo a Estados Unidos. Esta nación depende de la minería, enclavada en las provincias más pobres.
Pero la violencia promovida en estos sectores amenaza la gran transformación. Uno de ellos el megaproyecto Conga, a dos horas y media de Cajamarca, una mina que significa 4,800 millones de inversión, 4,076 millones de ingresos al fisco y 6,000 empleos. Ejecutar esta obra significa eliminar 4 lagunas: El Perol y Mala para extraer el mineral, Azul y China para desechos. Conga está en la cabecera de la cuenca donde nacen las fuentes de agua que alimentan los principales ríos de la región y abarca las faldas de los cerros de las cuencas.
Yanacocha ha invertido 460 millones en ver prefactibilidad, sus directivos dicen la capacidad de esas lagunas es 1,400 metros cúbicos y tres reservorios significarán 3,200 m3. Pero Axel Durojeani, de la Fundación Chile, opina que el Estudio de Impacto Ambiental debe comprender la compensación y transparencia en los efectos. El Reservorio San José depende de bombeo y no reemplazará el agua subterránea perdida. Cuando desparezca la mina, ¿quién pagará la energía del bombeo?
Juan Inchaustegui, ex ministro de Minas, dice que Conga requiere la ingeniería y tecnología necesaria para evitar los efectos negativos o minimizarlos al máximo. La claridad del diálogo sobre el impacto económico permitirá compensar a los pobladores que resulten afectados, posibilitará que esta comunidad acepte el proyecto.
PROESMIN ha mapeado la zona, opina que los botaderos podrían trasladarse a 5 km de las aguas. Eso costaría 1.5 millones por tonelada, es decir, 33 millones anuales y reduciría la rentabilidad en 5 %. Deberían evaluarlo porque sin canales para reemplazar los sistemas naturales se secarán los manantiales. Yanacocha sostiene que afectará a 2,000 familias. PROESMIN reporta 25,000 hogares.
Conga ha cambiado la geografía política de Humala, quien ante la magnitud de las protestas fue personalmente a Cajamarca. El Frente de Defensa Ambiental, representado por Wilfredo Saavedra, ex miembro del MRTA, y Gregorio Santos, presidente de Región, que antes eran sus aliados, ahora lideran los reclamos. El mandatario ha gestionado la mediación de una compañía internacional que determine los pros y contras del proyecto aurífero y cuprífero, pues tiene presiones para cumplir sus compromisos sociales, como Pensión 65, cuna más, beca 18.
El ex presidente Toledo sostiene que hay un embalse de expectativas justificadas. Lo grave es que el descontento popular ha sido capitalizado por elementos interesados en afectar su gobierno creando violentas situaciones. Este gobernante está facilitando la liberalización del mercado y los TLC firmados con mas de diez países, entre ellos Estados Unidos y China.
Pero hace días sorprendió a todos firmando una serie de acuerdos que comprometen el capital peruano con su par venezolano en temas tan delicados como el petróleo y esas decisiones rompen el equilibrio de sus acciones. Dijo a la prensa: “Con todo respeto creo que tenemos poco que aprender de Venezuela”.
Humala no la tiene fácil. Además de cumplir con sus promesas, tiene que eliminar la delincuencia en Lima y otras ciudades. Y ser el primer productor de coca en el mundo no es motivo de orgullo.
Periodista
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