Atados en la nube

El exilio es una escala eterna. (Edward Snowden, analista de sistema)

Por Jairo Máximo

Madrid, España – (Blog do Pícaro) – Tener poco más de treinta años y firmar una autobiografía instructiva y reveladora es una dádiva de Dios encomendada a pocos. Edward Snowden es uno de los elegidos. Se hizo conocido mundialmente en 2013 tras revelar la existencia de un programa informático de vigilancia masiva a escala mundial llevado a cabo por empresas privadas estadounidenses al servicio del Gobierno.

Con su Vigilancia permanente, Snowden quita el sueño de cualquiera. Desvela como EE UU aprovechándose de su dominio informático nos espía en diferentes frentes −político, social, comercial, médico−, además de registrar y almacenar todos los datos de nuestra vida a perpetuidad.

“Antes trabajaba para el Gobierno, pero ahora trabajo para el pueblo. (…) Dedico mi tiempo a intentar proteger a la ciudadanía de la persona que yo era antes: un espía de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) de Estados Unidos. (…) En organizaciones como la NSA −en las que las prácticas ilícitas se han convertido en algo tan estructural que no son ya cuestión de una iniciativa, sino de una ideología−, los canales adecuados no acaban siendo más que una trampa en la que atrapar a los herejes y adversos”, escribe en Vigilancia permanente, para explicar su ingeniosa actitud.

“Es un extraordinario relato de un joven prodigio que con veintiún años se alistó en el ejército y estuvo a punto de entrar en las Fuerzas Especiales; que con veintidós la NSA le concedió el acceso a información clasificada; que a los veinticuatro años fue reclutado por la CIA y ejerció de espía en Viena; y que a los veintinueve, escandalizado por el acceso que el Gobierno tenía a nuestra privacidad, decidió poner su vida en jaque y sacar la verdad a relucir”, se lee en la solapa de la edición española, publicado por Editorial Planeta.

“El motivo de que estéis leyendo este libro es que hice algo peligroso para un hombre de mi posición: decidí contar la verdad. Recopilé documentos de la IC (Comunidad de Inteligencia) que demostraban la actividad ilegal del Gobierno estadounidense y se los entregué a algunos periodistas, que los analizaron y los hicieron públicos ante un mundo escandalizado”, explica Snowden en el prefacio de la obra.

Todo está “vigilado”. En 1984, de George Orwell (1903-1950), deparamos con una Londres lúgubre que vive bajo la vigilancia de la Policía del Pensamiento, el Gran Hermano que todo lo ve, y así controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos.

En Vigilancia permanente, de Snowden, estamos en nuestro mundo real donde EE UU almacena en una Gran Nube todo lo que sabe sobre nosotros. Es el gran hermano informático que todo lo capta, graba y almacena, sin el conocimiento ni el consentimiento de sus ciudadanos.

Chico listo. Edward Joseph Snowden nació el 21 de junio de 1983 en Elizabeth City, Carolina del Norte, Estados Unidos. Es especialista en tecnologías de la información por vocación, y espía por formación. Sus padres eran leales servidores del Estado que tenían habilitaciones de grado secreto.

El día 20 de mayo de 2013, llegó a Hong Kong, la ciudad en la cual el mundo le conoció, tras la difusión de sus alarmantes hallazgos. El día 21 de junio, EE UU solicitó formalmente su extradición. Ese día cumplía treinta años y se transformó en enemigo público número uno.

En la actualidad Snowden es un apátrida universal atrapado en Rusia por circunstancias. Vive exiliado en Moscú, sin pasaporte, y los servicios aéreos han dado orden de que no lo permitan viajar.

“Rusia es como es. No he elegido estar aquí. Estoy aquí exiliado”, declaró a la prensa alemana, durante la promoción de Vigilancia permanente.  “¿Qué si soy un espía ruso? Eso son estupideces”, contesta.

Vigilante lector. He aquí extractos de la autobiografía Vigilancia permanente, de Edward Snowden, El hombre que sabía demasiado. Que lucha contra “el oído que todo lo escucha, el ojo que todo lo ve, una memoria que no duerme y que es permanente”.

Yanqui online – En la década de 1990, internet aún no había caído víctima de la mayor injusticia en la historia digital: el movimiento protagonizado por Gobiernos y empresas para vincular, lo más íntimamente posible, el personaje online de un usuario con su identidad jurídica offline.

Homo contractus – Había albergado la esperanza de servir a mi país, pero, en vez de eso, me puse a trabajar para él. No es una diferencia trivial.

Adoc  En los sitios de noticias internos de la CIA leí comunicaciones secretas sobre negociaciones comerciales y golpes de Estado mientras estaban aún en desarrollo.

Tokio – Internet es algo básicamente estadounidense. (…) Los cables, los satélites, los servidores, las torres…

Latido – Casi todos los periodistas que más adelante informaron sobre las revelaciones se preocuparon por los objetivos de la vigilancia, por las actividades de espionaje a ciudadanos estadounidenses, por ejemplo, o a líderes de aliados de Estados Unidos; es decir, les interesaban más los temas tratados en los informativos de vigilancia que el sistema que los generaba.

Hong Kong – El periodismo, como el cine documental, solo puede desvelar hasta un punto. Es interesante pensar en lo que un medio de transmisión de información se ve obligado a omitir, tanto por convención como por tecnología.

Moscú – Ecuador, al menos en 2013, mostraba una sólida convicción en la institución del asilo político ganada a base de bien. (…) Íbamos a viajar [de Hong Kong] a Quito (Ecuador), haciendo escala en Moscú, La Habana y Caracas, por una razón muy simple: esa era la única ruta segura posible. (…) Aterrizamos en el Sheremétievo el 23 de junio para lo que suponíamos que iba a ser una escala de 20 horas. Ese intervalo de tiempo se ha alargado ya más de seis años. El exilio es una escala eterna.

Amor y exilio – Exilio: no ha transcurrido ni un solo día desde el 1 de agosto de 2013 en que no haya recordado que “exilio” era el término que usaba mi yo adolescente para cuando me quedaba sin internet. ¿El wifi se ha cortado? Exilio. Estoy fuera del alcance de la señal. Exilio. El yo que solía decir eso ahora me parece tan joven… Parece tan lejano…●