BEIJING, 13 feb (Xinhua) — El principio más fundamental de la cobertura de noticias es la objetividad y la información basada en hechos, pero la British Broadcasting Corporation (BBC) ha degenerado en una fábrica de noticias falsas sobre China.
El lema de la BBC es «Las noticias primero». Sin embargo, desde hace bastante tiempo, cuando se trata de informar sobre China, la BBC parece estar siempre poniendo las noticias falsas en primer lugar. Al hacerlo, merece ser prohibida por las autoridades chinas en el país por graves violaciones de contenido.
En sus últimos intentos por distorsionar la verdad sobre China, la tendenciosa emisora británica simplemente inventó algunas historias sensacionales que alegaban abusos «sistemáticos» de las mujeres uigures en Xinjiang, y trató de inventar las llamadas «violaciones de los derechos humanos» en la ciudad china de Wuhan con un video de un simulacro antiterrorista.
En la BBC, hacer noticias sobre China es como escribir novelas o filmar películas. Para sus productores y reporteros de campo, los hechos no importan, mientras sus opiniones preestablecidas reinan en sus historias.
Para apoyar sus presunciones, tienden a dar a los entrevistados preguntas engañosas, influenciar las respuestas y aplicar técnicas especiales de edición o grabación de video. Ninguno de esos métodos está calificado para generar productos noticiosos basados en hechos de acuerdo con estándares periodísticos reales.
Aun así, la BBC se niega a disculparse por producir noticias falsas sobre China e insiste en etiquetarse a sí misma como imparcial. ¡Qué vergüenza!
Los rumores de la BBC contra China son una clara demostración tanto de arrogancia como de prejuicio ideológico profundamente arraigados en la mente de algunos centristas occidentales.
A sus ojos, el mundo occidental tiene el monopolio de la verdad, y tiene derecho a juzgar lo que es correcto e incorrecto en el mundo. No es que esos reporteros de la BBC no supieran lo que realmente está pasando en China, sino que se sintieron completamente incómodos con esos hechos, por lo que decidieron remodelarlos de acuerdo a su imaginación.
China da la bienvenida a todas las organizaciones de medios extranjeros siempre que puedan ejercer su profesionalismo periodístico y contarle al mundo historias reales sobre el país y su gente. La prohibición de la BBC envía una señal clara de que los días oficialmente terminaron en los que los medios occidentales pueden sentirse libres de difamar a China sin enfrentar consecuencias.
Si la BBC todavía quiere regresar a los mercados de China, necesita llevar adelante un serio examen de conciencia de por qué es expulsada.