Tomás Bethencourt: la prisa es una característica fundamental de los informativos

Tomás Bethencourt, exdirector del Instituto Oficial de Radio Televisión
interviene en la Mesa de Debate «Tendencias actuales, herramientas futuras.
“Slow-journalism”. Modelos actuales de negocio en periodismo»,
durante el segundo Encuentro de Corresponsales ENACPEN,
celebrado el 8 de octubre de 2015 en IE Business School, Madrid.

 

Voy a expresar una síntesis de las herramientas y equipos que utilizan el reportaje y el periodismo. El siglo XXI se inaugura sin el mundo analógico. Sus últimos vestigios desaparecen a comienzos de este siglo. Por tanto, no procede insistir en su carácter digital, es digital por naturaleza. Como todos sabemos hay dos estándares hoy en uso: el estándar de definición normal SD, que heredamos del mundo analógico digitalizado, y un estándar de más resolución, más vistoso, que hizo aparición a finales del siglo XX. Este estándar es el apropiado para las pantallas superiores a 36” que son las preferidas por los espectadores.

El periodismo se desarrolla hoy en calidad normal SD, no todavía en HD. Cuando se dice HD hay un error de interpretación que procede de que las transmisiones se hacen efectivamente, en HD pero hay equipos que elevan artificialmente la información, up-converters, SD a HD. Eso no eleva la resolución de la imagen, la pone más presentable, nada más, en una pantalla más grande, que tiene más píxeles, etc., y ese equipo es el que está resolviendo el problema de la transición.

Así que, todo lo habitual hoy en el periodismo, se hace en SD. Y se hace en SD porque los equipos son más ligeros, más baratos, la dinámica del montaje es más simple. Y la prisa es una característica fundamental de los informativos. Después se eleva a HD para la transmisión, excepto ciertos productos. Por ejemplo, onomásticas de reyes, ópera importante, que va a parar a lo que se llama el archivo histórico y eso sí se hace el Servicio de Informativos en HD genuina. En el estándar HD la cifra mágica es 1080 líneas, que es el estándar que está en uso.

Las cámaras han disminuido mucho de peso, por lo que tenemos hoy cámaras HD y SD conmutables, a precios razonables, que andan rondando los seis kilos. Seis kilos no es un peso pequeño. En el hombro pronto se presenta un gran cansancio. Afortunadamente, la tecnología espacial, la NASA, nos ha ofrecido baterías ligeras. La baterías antiguas eran una penalización en el reportaje, pero ahora tenemos baterías de ion-litio baratas y esa tecnología viene de la NASA, de la tecnología espacial donde cinco gramos se tratan de evitar a toda costa.

Las cintas han desaparecido del panorama de informativos. Se conservan vestigios de grabación en cinta en los platós y en grabaciones de otro tipo, donde el peso no juega ningún papel. Y el disco de láser azul, que inventó SONY hace poco para su betacam SX, un formato muy querido del periodismo, está ya camino del museo. Han sido sustituidos, todos los soportes, por tarjetas y discos duros. Eso ha abaratado mucho la actividad del reportaje.

La crisis ha traído, como ya se ha dicho aquí en la mesa varias veces, el trabajo de freelancers y de autónomos; estos reporteros buscan equipos baratos. Eso ha traído a la televisión calidades variables, algunas deplorables, que no es debido a la pericia del reportero sino a la calidad de los equipos que usa. Algunos equipos de baja calidad no soportan bien el proceso de la edición electrónica y post-producción que son obligatorios en el mundo profesional.

En iluminación estamos de suerte. El Premio Nobel del año pasado de Física fue por el LED, la tecnología de iluminación de bajo consumo, barata y de poco peso.Me paso a enlaces. Todavía el reportaje extra-urbano de muy larga distancia se hace vía satélite. Por ejemplo la cobertura del Papa en Cuba. Es el vehículo aconsejable, SNG—satélite news gathering, en inglés—una tecnología que usa un satélite para largas distancias por ejemplo cruzar el Atlántico aunque, a veces, se usa a distancias cortas—por ejemplo una corrida de toros de Sigüenza la podemos cubrir con un satélite, a cuyo efecto llevamos una unidad de realización y otra de enlace. Pero, la novedad que hay aquí, es cómo tomar lo que está ocurriendo en la frontera de Hungría. ¿Cómo se toma eso? ¿Cómo vemos eso en directo? Se usa la red de telefonía móvil.

La red de telefonía móvil, se ha hecho familiar con el equipo de mochila. La mochila es un equipo que integra seis tarjetas, no todas de la misma compañía—por ejemplo, dos de Telefónica, dos de Jazztel, dos a Orange—, pero hasta seis tarjetas. El flujo de la toma, el flujo binario digital, se divide entre las tarjetas, y se envía troceado por las redes. En el extremo final, se recompone, se memoriza y se reproduce. Esa tecnología, que parece elemental, es muy novedosa. Es lo que nos está permitiendo ver directamente lo que está ocurriendo por ejemplo en la frontera de Hungría, porque hacemos uso secundario de la red de telefonía móvil que ya existe en el mundo para otros fines. Por la brevedad culminamos en este punto.