EL SIEMPRE TRISTE SEIS DE AGOSTO
MADRID (Blogdopícaro) – Cuando era niño, en los años 60 del siglo pasado, oía a mis compañeros de pupitre de nacionalidad japonesa susurrar las palabras «Bomba». «Hiroshima». «Nagasaki».
No comprendía el por qué de tal actitud y, además, desconocía que eran nombres de ciudades históricas del lejano Imperio del Sol Naciente.