L a idílica estampa de las Navidades envueltas en copos de nieve no se lo cree todo el mundo. Hay sitios que por razones geográficas le quitan a esta imagen festiva un poco de blanco romanticismo, un poco de recogida devoción y le echan una buena parte de euforia y alegría mientras los refresca la brisa del mar. Nos referimos a países que tienen una altísima integración europea de sus habitantes y que celebran esta fecha navideña como si no se hubiesen marchado nunca del “viejo continente”.
Aunque el escenario es otro: verdes praderas, idílicas playas y ciudades de vacaciones estivales no faltan frutos especialmente perfumados que endulzan la atmósfera, olor a salitre que se pega a la piel, madreselvas y jazmines blancos que perfuman los atardeceres. También mezclado con lo que disfruta el turista la otra realidad es distinta: el hambre y la pobreza se pasean al sol e importa menos llevar los pies descalzos con apenas un trozo de pan en la boca. La gente duerme a la intemperie porque el final de año trae esperanza, difícil que sea peor que el que han vivido.
Sin embargo la memoria está pegada a los hábitos gastronómicos de sus antepasados. A la hora de preparar la mesa es lo que en ese momento está comiendo Europa y si bien el cuerpo pide algo refrescante el ritual sigue sus propias normas con altas calorías como si hiciese mucho frío e incluso con productos que nunca se comen durante el año o se desconocen en esa geografía. El peaje de la inmigración tiene esos guiños cambiamos el territorio pero el paladar lo dejamos en el lugar del que partimos, por si algunos vez llega el retorno.
Esto es muy habitual en Uruguay y Argentina donde la población puede tener hasta más de un 80 % de origen europeo sentir que Europa está más cerca. Las temperaturas que rodean la Navidad superan los 30º, la humedad es una constante, los cambios metereológicos también. Aquí se cambian las botas por sandalias, los abrigos por bañadores y los paraguas por sombrillas de playa.
El verano austral llama a los veraneantes a sus destinos más conocidos como Punta del Este o Montevideo -donde veranean argentinos y brasileños-, sobre el Río de la Plata o la costa atlántica de Rocha con temperaturas a veces extremas. Lo curioso que en medio de todo, está presente la” nieve artificial” y el Papá Noel” o las guirnaldas que decoran todos los edificios, los shoppings y calles de todo el país por Navidad.
Entre las costumbres típicas uruguayas destaca durante la cena la llamada ‘picadita’, un compendio de fiambres, queso, whisky, vino, refrescos, zumos y pedazos de cordero a la parrilla. Por su parte, el plato fuerte se degusta junto a los regalos ya abiertos y consiste en lechón asado con ensalada rusa u otro condimento fresco. Y después de la cena, además de brindar con sidra, también es muy típico el conocido como “medio y medio”, una bebida mitad vino espumoso dulce y mitad vino blanco seco
En el Río de la Plata en la Nochebuena y la Navidad el cochinillo o lechón es una tradición como el cordero. Muchas veces caliente pero también frío. Las pastas caseras italianas no pueden faltar hechas en casa o en las fábricas que lo hacen a la vista en cada manzana de cualquier barrio. Ahora lo empezamos a ver también en Madrid por aquello de que todo tiene un” ida y vuelta”.
En la mesa no falta el panettone pero le llaman Pan Dulce. Los turrones tampoco, aunque falte el turrón blando de Jijona, los dátiles del desierto, las frutas escarchadas al estilo europeo, los frutos secos, los postres donde el chocolate es el gran protagonista. Es cierto que el calor permite que a su lado convivan unas tarteletas frutales o una cassata es decir una barra de helados italianos de varios sabores, siempre artesanales y con las viejas recetas de los “tanos “ como le suelen llamar con cariño y nostalgia.
Algunas personas ya han encontrado la magia de la ubicuidad a través de dos geografías, simultaneando el invierno con el verano en un mismo mes. Llegan después de Navidades para Año Nuevo o pasan la Navidad en una glomurosa playa y retornan a beber de las nieves los augurios de un nuevo AÑO. Hoy todo es posible.