El Covid-19 desnuda la pobreza en Sudamérica

Por: Dora Fernández Velasco (Periodista peruana)

Sé que hay mucha desolación y tristeza entre quienes han perdido a un ser querido por el virus que está amenazando al mundo entero, puedo imaginar cuánto  temor tienen aquellos que cada mañana marchan a trabajar enmascarados. Ese mismo pánico lo he visto reflejado especialmente en los rostros de quienes están en la tercera edad en Sudamérica, porque el miedo es un sentimiento universal pues el COVID 19 es letal para los ancianos, también para quienes tienen una enfermedad preexistente o están bajos de defensas aunque se trate de jóvenes o niños.

Este virus es antisocial pues exige el alejamiento físico entre las personas, pero parece elitista porque será más fácil protegerse para aquel que tiene mayores recursos, pues no tendrá que desplazarse con tanta frecuencia o puede hacerlo con cierta privacidad en su propio automóvil y `posee los recursos para abastecerse de lo necesario para sobrevivir durante todas las cuarentenas que decrete el gobierno. Esta gripe mortal que constituye una amenaza para la sobrevivencia en todo el orbe,  no  discrimina clases sociales, todos de una u otra forma, corremos grave peligro.

Sin embargo, el rostro de este virus es cruel, porque en Latinoamérica, existen millones de personas que no tienen un sueldo, porque están desempleados y sobreviven gracias a  la informalidad que les permite cubrir el  día a día, por ejemplo a los vendedores ambulantes. Y para estos pobladores prohibirles salir de sus casas para proteger sus vidas, es condenarlos al hambre y la miseria. Ya que esa es su forma de sustento.

Cientos de miles de  familias, dependen de actividades informales y viven en condiciones precarias  en los cinturones de miseria, a veces deben subir un cerro y eso ocurre en Lima, que es la capital del Perú. Donde centenares de hogares tienen como jefe de familia a la madre y  ellas suelen trabajar en las calles acompañadas por sus hijos pequeños, porque no tienen con quien dejarlos, algunas acostumbran encerrarlos con llave en sus viviendas o los encargan al cuidado del hijo mayor.

Si bien el Presidente Vizcarra, decretó oportunamente la Emergencia Sanitaria en el Perú,  no hacerlo habría puesto en evidencia las carencias del sistema sanitario que es realmente deficiente. El seguro social otorga una consulta médica cada 3 meses, las radiografías y operaciones están sujetas a listas de espera, hay medicamentos  que no adquieren durante meses. Y la mayoría de hospitales estatales tienen servicios higiénicos que ni siquiera cuentan con jabón, alcohol o papel higiénico, aunque imagino que dada la coyuntura, ahora es diferente.

El gobierno otorgará 380 soles o su equivalente a 110 dólares  a las familias más humildes. El Estado publicará un listado pero se ignora si también han considerado a los inmigrantes, pues miles de familias venezolanas que migraron a este país, constituyen un grave problema por las condiciones en que viven.  Ellos que deben vivir hacinados, mendigan por plazas y calles, algunos hasta optan por hacerlo en los buses de servicio público. Qué harán para sobrevivir ante esta situación?…

Los latinos son expresivos, socialmente se expresan a través de cálidos apretones de manos, abrazos y besos, pero para evitar los contagios es necesario evitar estas expresiones de afecto y tomar todas las precauciones que exige el caso. El distanciamiento social en circunstancias tan difíciles como las que nos ha tocado vivir, deben ser acatadas como una forma de prevención, incidir en el lavado de manos con agua y jabón para todos sin excepción y ser hoy más que nunca más escrupuloso con la higiene en el hogar. Y por favor,  no creer en esas recomendaciones  que sostienen que  este virus se curará con ajo, ají, limón, hierbas o imposición de manos. Respetar la cuarentena es decir quedarse en casa, es sumamente importante, no hacerlo, puede ser una cuestión de vida o muerte.