Clarice Lispector: Un Kafka tropical

 

“Escribo sin la esperanza de que nada de lo que escribo pueda cambiar nada en absoluto”, Clarice Lispector.

Por Jairo Máximo

Madrid – España ─ (Blog do Pícaro) – Adentrarse en el enigmático mundo literario de la hermosa y misteriosa escritora brasileña de origen hebreo Clarice Lispector es encontrarse con un espejo reluciente donde nos reflejamos sin retoques.

“Soy una invitada de la literatura”, decía la autora.

Clarice Lispector es la más importante escritora de Brasil, y una de las más originales del siglo XX. Se la ha comparado con el irlandés James Joyce, con la británica Virginia Woolf y con el austrohúngaro Franz Kafka. Tiene un estilo original e inconfundible. Su obra es altamente adictiva. Simplemente escribe lo que ve, piensa y siente.

Para el mexicano Juan Rulfo, Lispector ha producido la literatura más vigorosa de América Latina. “Enfrentó los demonios interiores como quien lanza un último aliento”.

“Pretendo –como ya lo anuncié─ escribir de manera más y más sencilla”, deseaba Clarice Lispector.

Sus romances y cuentos han sido traducidos a más de 30 idiomas.

Curiosamente, diversas fechas y hechos sobre su vida personal o están incorporados en sus creaciones literarias o son contradictorios. Descíframe o devórate…

“Soy tan misteriosa que ni yo misma me entiendo…No obstante, no escondo ningún misterio”, confesaba.

“Mucho no puedo contarte. No voy a ser autobiográfica. Quiero ser bio”, se sinceraba en la novela Agua Viva. “Digo lo que tengo que decir sin literatura”, revela en el relato Donde estuviste de noche.

PORMENOR DE UNA ESTRELLA

Clarice Lispector nació el 10 de diciembre de 1920, en el pequeño pueblo de Tchetchelnik, Ucrania, de casualidad, mientras sus padres, judíos rusos, se hallaban de camino a la emigración huyendo de los pogromos ─saqueo y matanza de gente indefensa, especialmente judíos, llevados a cabo por una multitud─ que asolaba las provincias rusas.

Su nombre de pila era Haia Pinkhasovna Lispector, pero ella adoptó el de Clarice Lispector. En 1943 le concedieron la nacionalidad brasileña.

Con poco más de dos años de vida cruzó el océano Atlántico con su familia que se instaló en Recife, capital del Estado de Pernambuco, noroeste de Brasil. Al cumplir catorce años se trasladó a Río de Janeiro, por entonces capital de Brasil. Falleció el 9 de diciembre de 1977, en Río de Janeiro, víctima de un cáncer de ovarios.

“Yo marché de Recife, pero Recife no se ha marchado de mí”, aseguraba. “Para mi dejar Brasil es un asunto muy serio. Yo pertenezco a Brasil”, afirmaba.

En 1943, mientras cursaba sus estudios de derecho, se casó con el diplomático Maury Gurgel Valente, con quien tuvo dos hijos y se separó en 1959. De alma viajera, entre 1944 y 1960, vivió en Milán, Nápoles, Berna, Paris, Londres y Washington.

En 1944 publicó su primer libro, Perto do Coração Selvagem  (Cerca del corazón salvaje), que al instante fue avalado profusamente por la crítica especializada, dando inicio así a una prolífica carrera literaria que desde entonces no paró de agrandarse. En 1978, fue publicada póstumamente la inquietante obra Un soplo de vida.

Desde 1941, hasta su último soplo de vida, Clarice Lispector mantuvo una constante colaboración con la prensa brasileña. En 1984 se publicó en Brasil Revelación de un Mundo, una recopilación de 468 crónicas publicadas en el diario Jornal do Brasil, donde Clarice escribió todos los sábados, entre 1967 y 1973.

CON “NO ESTILO”

De difícil clasificación, ella misma definía su estilo como un “no estilo”. Pertenece a la tercera fase del modernismo, el de la «generación del 45 brasileña» que se preocupa por el compromiso formal y se aleja de los temas considerados banales. “Es que de repente el figurativo me ha fascinado: plasmo la acción humana y tiemblo”, explicaba.

Convivió con sus demonios que trataba de derrotar cuando escribía textos afilados.

En 1954 se publicó en Francia la traducción de su primera novela, Cerca del corazón salvaje, con portada de Henri Matisse. En los años setenta los títulos de su autoría traducidos al francés y al inglés se multiplicaron. Posteriormente, en los años ochenta, la editorial Schӧffling & Co. compró los derechos en alemán y Siruela hizo lo propio en español. En 1997, asistí en la Casa de América de Madrid un atractivo ciclo de conferencias dedicado a la autora, que contó con la participación de la brasileña Nádia Gotlib, biógrafa de la escritora, que en 1995 publicó Clarice: Una vida que se cuenta, que todavía continua siendo la obra de referencia sobre la escritora. En 2008 Gotlib también publicó Clarice Fotobiografia, con 800 imágenes de Clarice Lispector. Su celebrada novela La hora de la estrella (1977) fue publicada poco antes de su fallecimiento y, en 1985, la cineasta brasileña Suzana Amaral hizo una primorosa adaptación cinematográfica de la misma.

Actualmente, por toda la geografía brasileña hay calles y bibliotecas que llevan el nombre de la escritora brasileña más traducida y aclamada en décadas. Incluso en São Paulo, la capital económica de Brasil, está ubicado el Centro de Referencia Clarice Lispector, que acoge y orienta a mujeres víctimas de la violencia machista.

ALMA LITERARIA

En 2011, durante una entrevista que hice en Madrid con el poeta, novelista, ensayista, periodista y académico brasileño Lêdo Ivo, en la mítica Residencia de Estudiantes, el espíritu de la escritora estaba presente.

Cuando pregunté al poeta si él era un hombre feliz, él me contestó: “Cuando yo era joven era amigo de Clarice Lispector. Una vez ella me ha enviado una cartita, cuando yo aún era joven, que decía así: Sea muy feliz. Y haga versos. Nunca he pensado en ser muy feliz. Continué haciendo versos. Quizá, como consecuencia de hacer versos, yo soy feliz”.

En seguida, informé a Lêdo lvo (1924-2012) de que era testigo de que en las bibliotecas públicas de Madrid los libros de Lispector son codiciados. Incluso muchos están subrayados. Feliz, el poeta añadió: “En Estados Unidos y en el Reino Unido Clarice Lispector está convirtiéndose en un fenómeno como Franz Kafka (1883-1924). Un Kafka tropical.  Luminoso. Quizá va ser la gran contribución de la literatura brasileña del siglo XX a la literatura universal. Una figura solitaria, sufrida y misteriosa. Un mito. Admirable. Tengo saudades de ella”.

Coincidiendo con los cuarenta años del fallecimiento de Clarice Lispector, la editorial española Siruela acaba de publicar la biografía Por qué este mundo, del estadounidense Benjamin Moser. Este libro se publicó con el título Clarice, en Brasil en 1996.

“Mi afán es que aproximen a esa persona enigmática, lejana, que es al mismo tiempo, misteriosamente, un espejo de nosotros mismos. En esta biografía el lector descubrirá algo completamente imprevisto: que la verdadera sucesora de Kafka era una columnista de moda en las playas de Río de Janeiro”, declaró recientemente Moser a la prensa española.

FRAGMENTOS ADREDE  

Entre las 26 obras -novelas, ensayos, crónicas, cuentos infantiles, relatos de viajes- que la autora dejó como legado, he aquí fragmentos de dos novelas escogidas adrede.

Aprendizaje o El libro de los placeres (1969), narra la historia de amor entre la profesora de primaria Lorelei (Lori) y Ulises, profesor de Filosofía. Lorelei es un personaje de una leyenda alemana que seduce y hechiza los pescadores. La narrativa empieza con una coma, como si fuera la continuación de algo ya iniciado; y termina con dos puntos; indicando que la historia continúa, independiente de que aparezca en el libro.

“Ulises habló:
-Bien tranquila, Lori, vete bien tranquila. Pero cuidado. Es mejor no hablar, no decirme nada. Hay un gran silencio dentro de mí. Y ese silencio ha sido la fuente de mis palabras. Y del silencio ha venido lo que es más precioso que todo: el propio silencio. ¿Por qué miras tan detenidamente a cada persona?
Ella se ruborizó:
-No sabía que me estabas observando. No miro por nada: me gusta ver a las personas siendo.
Entonces se extrañó a sí misma y eso parecía producirle vértigo. Es que ella misma, al extrañarse, estaba siendo. Aun arriesgándose a que Ulises no lo entendiera, le dijo bien bajo:
-Estoy siendo…
-¿Cómo? –preguntó él ante aquel susurro de voz de Lori.
-Nada, no importa.
-Importa, sí. ¿Quieres hacer el favor de repetir?
Ella se volvió más humilde, porque ya había perdido el extraño y encantado momento en que había estaba siendo:
-Te dije, Ulises, que estoy siendo.
Él la examinó y por un momento no la reconoció, aquel rostro familiar de mujer. Se desconoció, y entendió a Lori: él estaba siendo.
Se quedaron callados como si los dos se hubieran encontrado por primera vez. Estaban siendo.
-Yo también- dijo por lo bajo Ulises.
Ambos sabían que ése era un gran paso hacia el aprendizaje. Y no había peligro de gastar este sentimiento con miedo a perderlo, porque ser era infinito, tan infinito como las olas del mar. Estoy siendo, decía el árbol del jardín…”.

Agua Viva (1973), catalogada como novela, también puede ser una carta, un diario. Tal vez todo junto. Fue definido por la crítica como “un denso y fluido poema en prosa”.

“Estoy cansada. Mi cansancio viene de que soy una persona extremamente ocupada, me ocupo del mundo. Todos los días observo desde la terraza el trozo de playa con mar y veo la espesa espuma más blanca y que durante la noche las aguas han alcanzado inquietas. Veo esto por la marca que las olas dejan en la arena. Observo los almendros de la calle donde vivo. Antes de dormir me ocupo del mundo y observo si el cielo de la noche está estrellado y azul marino porque algunas noches en vez de negro el cielo parece azul marino, un color que he pintado en un vitral. Me gustan las intensidades. Me ocupo del niño que tiene nueve años y que está cubierto de harapos y delgadísimo. Tendrá tuberculosis, si es que no la tiene ya. Y en Jardín Botánico me quedo agotada. Tengo que ocuparme de la mirada de millares de plantas y árboles y sobre todo de la victoria regia. Ella está allí y yo la miro”.

“Me preguntarás por qué me ocupo del mundo. Es que nací con ese encargo”. •

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Retrato de Clarice Lispector que forma parte del libro Clarice Fotobiografia, de Nádia Gotlib.